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Anoche fue una noche extrañísima... y ojalá no se vuelva a repetir jamás... La verdad, no estoy segura de que fuese sueño, pero tampoco podría jurar que fue verdad... Lo que sí es cierto es que todo son señales que se nos presentan surgiendo desde no sé dónde o desde nuestro interior...
Cuando me metí en la cama hice, como siempre, un recuento del día transcurrido y recuerdo que sonreía antes de dormir porque había tenido una velada antes de dormirme que me dejó un dulce sabor y porque cuando llamé a mi papá me dijo que se sentía muchísimo mejor... Sin embargo, recuerdo perfectamente que sentí una "presencia" en mi habitación, aunque no le di mayor importancia y -digo yo-, me dormí enseguida... Inmediatamente comencé a sentir no una, sino muchas presencias en mi habitación... energías que me sobrevolaban y sobrevolaban a Isabella, que dormía a mi lado... Intenté moverme para proteger a la niña, pero no podía mover ni un músculo... estando totalmente consciente, mi cuerpo simplemente no me respondía: estaba paralizada!!!!!! Al segundo intenté hablar, gritar... mi boca se abría, pero no emitía sonido alguno!!!!! Mi cuerpo estaba como muerto, pero mi consciencia seguía intacta y me daba cuenta de todo lo que sucedía...
Inmediatamente, una parte de mi que estaba más o menos calmada, pensó en Samuel y le pidió ayuda, mientras yo no dejaba de repetir el mantra que siempre me ha acompañado: "Dentro de mi hay Paz... Dentro de mi hay Amor... Dentro de mi hay Energía"... Enseguida se materializó la energía azul intenso, del color de estas palabras, con la que suele manifestárseme mi Maestro, y comenzó una especie de danza que perseguía a las otras luces que eran de colores ocres, grises, negras, que se retorcían y le huían, disolviéndose poco a poco...
En ese momento intenté moverme y vi que mi mano izquierda, con mucha dificultad, podía moverse... la abrí y alcancé a Isabella, la atraje hacia mi y siguió dormida entre mis brazos... En ese momento me desperté o salí del estado de parálisis que me encontraba instantes atrás y abrí los ojos... No sabía qué hacer... quería gritar para llamar a Jóse, pero todos estaban durmiendo ya desde hacía horas, y tampoco quise alarmarlos por algo que hasta mi me cuesta explicar... Respiré despacio, hasta que la adrenalina que corría por mi sangre se fue diluyendo y me calmé...
Volví a dormirme y comenzó todo de nuevo... pero esta vez, como ya sabía lo que venía, repetí el mantra frenéticamente y me obligué a moverme, cosa que logré, aunque la voz no venía a mi: de nuevo no podía hablar!!!! Pero esta vez me obligué a abrir los ojos y todo se desvaneció, aunque seguía con unas ganas enormes de llamar a Jóse... pero no lo hice... Me encomendé a Dios, pidiéndole que se llevara mi miedo y me inundara con su Luz... y le pedí a mi Maestro que se quedara cerca... Esta vez colví a dormirme plácidamente...
Esta mañana, al levantarme, he puesto una vela frente al retrato de Samuel que hay en mi habitación y encendí un incienso de sándalo... también he dejado todo el día la persiana levantada para que la luz del sol energizara positivamente mi habitación...
Sea lo que fuere, espero que no vuelva a manifestarse más...
Amén...