no se lava de sangre, no se corrige del odio.
Es verdad.
Pero es igualmente verdad que nos
acercamos a una evidencia:
los violentos se reflejan en el espejo del mundo
y su rostro no es hermoso ni para ellos mismos.
Y sigo creyendo en la posibilidad del amor.
Tengo la certidumbre del entendimiento
entre los seres humanos, logrado
sobre los dolores,
sobre la sangre
y sobre los cristales rotos...
Extraído de "Confieso que he vivido"
de Pablo Neruda
1 comentario:
Más lo leo, más me gusta...
Publicar un comentario