lunes, septiembre 24, 2012

Días azules y sol de la infancia...



...todo vino al final con un verso. Un verso sencillo, escrito a mano, encontrado entre los pliegues del bolsillo de un poeta muerto. Nueve palabras de aparente simplicidad que Daniel jamás habría entendido en toda su dimensión si su profesor no le hubiera abierto los ojos. Nueve palabras que Andrés Fontana escribió con tiza blanda en la pizarra. Estos días azules y este sol de la infancia.

- ¿Cómo es el sol de la infancia de Antonio Machado, profesor?

La pregunta vino de una estudiante espabilada con cara de ratón y grandes gafas de pasta que siempre se sentaba en primera fila.

- Amarillo y luminoso, como todos - terció un gracioso sin gracia.

Unos cuantos rieron tímidamente.

Fontana no.
Daniel tampoco.

- Uno solo valora el sol de la infancia cuando lo pierde -dijo el profesor, acomodándose en el borde de su mesa, con la tiza sostenida entre sus dedos.

- ¿Cuando pierde el sol o cuando pierde la infancia? -preguntó Daniel alzando un lápiz al aire.

- Cuando pierde el suelo que siempre ha pisado, las manos que le han agarrado, la casa en la que creció. Cuando se marcha para siempre, cuando le empujan fuerzas ajenas y tiene la certeza de que nunca volverá.

Y entonces el profesor, sobrio, y escrupulosamente respetuoso con el programa docente hasta aquel día, se despojó de constricciones académicas y les habló. De pérdida y exilio, de letras trasterradas y del cordón umbilical de la memoria; ése que, a pesar de los montes y los océanos que acaben separando a las almas de los soles de la infancia, jamás se llega a romper.

María Dueñas
"Misión Olvido"

La imagen me pertenece, es una foto de la que fue mi casa en Caracas...
Las negrillas son de mi entera responsabilidad.



lunes, septiembre 17, 2012

El paraíso imperfecto...






-Es cierto -dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista 
de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno-; 
en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; 
lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.


FIN



Augusto Monterroso
Fábula



lunes, septiembre 10, 2012

Fortaleza de las debilidades...


Nunca olvides qué eres, 
 porque desde luego el mundo 
 no lo va a olvidar. 
Conviértelo en tu mejor arma, 
 así nunca será tu punto débil. 
 Úsalo como armadura y 
 nadie podrá utilizarlo para herirte 




Diálogo del personaje Tyrion Lannister 
con Jon Nieve,
en "Juego de Tronos",
de George R.R. Martin