jueves, marzo 24, 2005

ufff...


Ya solo me quedan dos días en Venezuela y comienzan las despedidas, de hecho ayer ya comencé a tomar consciencia de ellas, cuando me despedía de una tarde rodeada de amigos y, mientras los abrazaba fuerte, muy fuerte, pensaba en cuándo los volvería a ver... Hace un par de minutos mi mejor amiga y comadre, Magaly, y mi ahijada, Laura, se fueron al aeropuerto para regresar a Tenerife y yo me quedé aquí, en su casa, desarbolada y triste... con el corazón arrugadísimo...

Juro que a medida que se acerca el momento de partir -esta vez sí, a consciencia-, trato de armarme de valor con todas las cobijas de amor con que he estado arropada estos días de reencuentros y de mil emociones, pero ¿qué se le hace?, según mi mamá yo tengo los lagrimales en las orejas y se me escapan solas las lágrimas cuando me emociono...

Me regresa incensante la pregunta... ¿cuándo será que dejaré de estarme despidiendo constantemente de todo lo que más amo?

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Petardito, cielo, felicísimo cumpleaños, perdóname las lágrimitas...

2 comentarios:

Jerry Lee dijo...

Es un capricho de la vida…
Es como el constante vaivén de las olas del mar, pero llegará el momento que esa ola permanecerá para siempre a la orilla de la playa…

LU

Azul... dijo...

Ojalá tengas razón, corazón.. y ojalá sea pronto...

Te mando 300 besos y te veo cuando llegue a España, pq ya mañana me voy... snif...

LU2