
La recién nacida, hija del tlatoani de Painala, fue recibida por 
los brazos de su abuela paterna. La abuela presintió que esa niña 
estaba destinada a perderlo todo, para encontrarlo todo.
Porque solamente alguien que se vacía puede ser 
llenado de nuevo. En el vacío está la luz del
entendimiento, y el cuerpo de esa criatura era como
un bello recipiente en el que se podían volcar las
joyas más preciosas de la flor y el canto de sus 
antepasados, pero no para que se quedaran eternamente 
ahí sino para ser recicladas, transformadas
y vaciadas de nuevo...
Laura Esquivel
"Malinche"
Febrero 2006
 
 
3 comentarios:
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Laura Esquivel!!!!!! joer, me ganaste cumis!!!!
Hasta ahora no me he decepcionado con los libros que has recomendado, así que voy a por este tambien!
Lú
Cumis: TIENES que leer ese libro!!!!
Lú, gracias por tu comentario... hasta me sonrojé =o)
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