jueves, mayo 17, 2007

El retorno de los nómades...

He descubierto el libro "El retorno de los nómades" de Lía Schenck, psicóloga social y escritora, gracias al Blog Los Ovillos de Penélope, una personita a la que le tengo mucho cariño y que suele visitarnos con frecuencia. Como no les estoy dando la paliza de aguantarme todos los días, me atrevo con un post largo, delicioso, que -estoy segura- van a disfrutar muchísimo como me pasó a mi, porque en cuanto comiencen a leer, no podrán parar hasta llegar al final. Yo ando como loca buscando el libro y ya lo tengo localizado en una librería que me queda muy cerquita de casa. Las negrillas son de mi entera responsabilidad aunque, soy sincera, yo lo pondría todo en negrillas...







Todos los hombres son nómades desde el nacimiento.
Cuando crecen, algunos se hacen sedentarios y otros no.
Los sedentarios se quedan siempre en un mismo lugar y ven las cosas siempre desde un mismo punto de vista. No se mueven de sus lugares ni para mirar ni para vivir.
En cualquier momento de la vida, un sedentario puede empezar a ver la vida de otra manera si aprende las maneras naturales de los nómades.
La transformación de sedentario a nómade entraña algunos dolores necesarios. Tendrán que aprender de nuevo casi todas las cosas y empezarán a llamar a las cosas por otros nombres. Dejarán atrás esa costumbre de caminar en línea recta para ir desde sus casas al trabajo y desde el trabajo a sus amores.

De a poco, aprenderán a caminar en espiral como los nómadas.
Caminar en espiral protege a los nómades de los tornados y granizos.
Cuando la tempestad los sorprende a la intemperie, se adhieren a la tierra y esperan a que dejen de volar ramas por el aire.
Cuando todo pasa vuelven a caminar en espiral.
Esta manera de caminar no sólo es útil en las catástrofes sino en cualquier día del año y de la vida.
Les permite mirar los abajo, los arriba y los costados de todas las cosas, incluídas las flores, los jarrones, los techos y las mariposas.

Hay otras condiciones básicas para transformarse de sedentarios en nómades dado que no sólo caminan en espiral sino que vuelan por los siete puntos cardinales del espacio.
En relación a esto, es necesario que los sedentarios
estén atentos al período en que comiencen a desarrollarse las alas.
En esos días y en esas noches, sobre todo en esas noches, pueden tener sensaciones de vértigos o náuseas o un incontrolable deseo de llorar arrepentimientos antiguos. Se recomienda en esos casos, mirar o recordar el vuelo de los pájaros y hacer de cuenta que los pies se apoyan en las nubes.
También se recomienda llamar por teléfono o ir a la casa de algún nómade (no importa si son las tres de la mañana) para hablar de las cosas que les pasan o para hablar de las migraciones de las golondrinas o de la alegría de cualquier gorrión.
Hablar con los nómades acerca de estas cosas produce siempre un gran alivio en el corazón y en las articulaciones de todo el cuerpo. Sobre todo, produce un gran alivio en los laterales de la espalda, en los precisos lugares donde se está produciendo el nacimiento de las alas.

Además de estas transformaciones básicas, los sedentarios tendrán que aprender a dejarse sorprender por las lluvias y no andar siempre pendientes del paraguas. Los nómades aman la lluvia y se dejan conocer por ella.
Los sedentarios que culminen estas transformaciones serán bienvenidos en los caminos y en los vuelos de los nómades.
Lamentablemente, algunos se quedan a mitad de camino.
Alcanzan a hacer solamente algunas piruetas caminando en espiral o con las primeras gotas de lluvia, salen corriendo en línea recta a buscar un paraguas.


Aprender a volar se hace imprescindible para atravesar abismos.
Frente a los abismos los pies comprueban sus limitaciones y es ahí donde las alas empiezan a tener razón de ser. Los nómades tienen alas para volar, pero cuando andan por la tierra y tienen frío, transforman sus alas en bufandas. Cuando tienen sueño las transforman en almohadas,
y cuando llueve no las transforman en paraguas y caminan bajo la lluvia mojándose las alas.



Aunque parezca extraño, podría darse el caso de que algún nómade decida transformarse en sedentario. Esto no es común pero si ocurriese, seguramente guardará sus alas en algún estante y saldrá por los asfaltos a caminar en línea recta.
No se garantiza que este tipo de transformaciones no lo lleven rápidamente al exterminio.
Entre los nómades no existe el nomadismo como doctrina.
No existen las doctrinas ni las ortodoxias. Nada más lejos de los nómades que encerrarse adentro de los ismos.
(...)

Creen que la razón y el corazón tiene las mismas pasiones y las mismas razones.
Creen que todo lo que palpita tiene razones de latido y que todas aquellas razones conocidas
laten en las memorias de la sangre y en las memorias de los pétalos.
Andan solos o en grupos, pero andan.

Las plantas de sus pies tienen huellas de caminos.
Andan por la vida con sus redes de caricias y de sustos. Sus redes de arrullos y de historias. De perdones y de olvidos.
A veces se suben a los trapecios y andan haciendo malabarismos en las alturas porque saben que si caen, abajo están las redes.
Hacen muchas cosas con sus redes, pero nunca las usan para cazar mariposas.



Si a pesar de todo lo dicho y de todo lo que está atrás y adelante de lo dicho, alguien pudiese entender que los nómades son perfectos, es necesario que se desilusione.
Ser perfectos y no cometer errores es absolutamente incompatible con el espíritu de curiosidad y de asombro de los nómades. La curiosidad los lleva a tanteos y osadías de las cuales muchísimas veces vuelven lesionados o con espinas clavadas en algún lugar sensible o con plumas fuera de lugar, precisamente por no haber cometido perfecciones.
Los asombros los llevan a predisponerse bien con las cosas de la vida y a sentir alivios cuando descubren que ninguno de sus errores ni de sus desaciertos alteran sus armonías.

Si alguien pudiera entender que los nómades están más allá de las tentaciones también es necesario que se desilusione. Los nómades químicamente puros no existen.
En algún momento de sus vidas casi todos ellos se han sorprendido girando como locos en los remolinos de los cuentos sedentarios.
Casi todos ellos, alguna vez han metido las manos o las pestañas en las trampas del sedentarismo.
En esos casos han pedido auxilio a sus amigos y los que han podido se han desentrampado solos.
Todo eso sin dejar de reconocer que algunos hábitos sedentarios vienen bien en algunas situaciones de la vida. Como no dejar los zapatos en cualquier lugar o llevar agendas con direcciones o tener a mano algún plano de la ciudad.



A veces, por azar o por descuidos, los amores de los nómades no terminan en completudes.
En estos casos lloran al pie de sus árboles y no hay consolaciones que los calmen.
Hay crónicas actuales y antiguas que hablan de llantos y dolores que dieron una vuelta completa
alrededor de las cuatro estaciones.
En esos casos andan pálidos y tristes como pétalos de margarita sin sus centros amarillos.
Después se acuerdan de que el amor anda suelto en el aire y recuperan el aliento.




Lía Schenck
"El retorno de los nómades"




16 comentarios:

Joalfred dijo...

Esto esta bastante interesante! Al parecer son muy polifaceticos y consiguen solucion a casi todo, pero como suele suceder en todos lados cuando es el amor al que se enfrentan se la ven feo aunque como tu mencionaste se acuerdan que el amor esta suelto... Oye bastante interesante!

Saludos!

Angie Sandino dijo...

Mi Vida! te acabo de dedicar más de quince minutos leyendo este post...
Que hermoso texto... mil gracias por compartir..
Un besote!

Anónimo dijo...

que maravilla, amiguiiiiiii
besuchines!!!!!!

Anónimo dijo...

Este texto es igualito a ti, sobre todo aquello de:
"Cuando la tempestad los sorprende a la intemperie, se adhieren a la tierra y esperan a que dejen de volar ramas por el aire. Cuando todo pasa vuelven a caminar en espiral."
Màgica y bella, te quiero

Anónimo dijo...

Cuantas imágenes que guardan los nómades,bellísimas...como la que ilustra y personaliza este post.

Besos (en espiral)

Anónimo dijo...

Jaja!!!!
Me encanta este aire nómade que se anda respirando por los blogs, y con esta lectura, ya tengo las baterías cargadas para empezar el día en la oficina.
Un besote enorme!!!!!

Mónica Rebolledo Sagredo dijo...

hermoso fragmento, aún me quedé pensando ¿soy un nómade o un sedentario?.
(Gracias por las felicitaciones en mi blog, me daba un poco de pudor publicar esos videos, ya que no soy experta en la elaboracion de los mismos, gracias por el ánimo)
un abrazo

2doMedicina dijo...

Yo también me puse a pensar eso, ¿soy una nomade o una sedentaria? ... ¿Como saberlo con exactitud? Quiero el libro!

Anónimo dijo...

Que texto maravilloso, amiga, voy a buscar ese libro
Besos
Gabrielle

RosaLia y Sergio dijo...

HE LEÍDO TODO EL LIBRO "EL RETORNO DE LOS NÓMADES"Y LO HE PRESTADO MUCHAS VECES,LO CONSEGUÍ DE CASUALIDAD,EN UNA LIBRERÍA,REVOLVIENDO,LEÍ A HURTADILLAS UN POQUITO Y YA NO PUDE DEJARLO EN LA ESTANTERÍA,TUVE QUE VOLVER A CASA CON ÉL Y DE TANTO EN TANTO VUELVO A LEERLO,HACE BIEN AL ALMA.GRACIAS POR TENERLO EN EL BLOG.
ROSY-ARGENTINA

Azul... dijo...

Rosalía, qué suertuda! Yo he buscado el libro y no he tenido éxito (todavía), no pierdo las esperanzas de encontrarlo, eso sí :) Cuidalo mucho!
Un besito y gracias por tu visita :)

Prof. Marcelo dijo...

Soy amigo de Lía Schenck desde muchos años. El texto de este libro es verdaderamente "bello" (palabra que tomé de ella) y le encantará saber que alguien lo encontró y lo subió a la web.
Lamentablemente está agotadísimo y es muy difícil de hallar. Tal vez en la editorial (si no yerro, era Errepar, de Bs As) haya algunos ejemplares.

Azul... dijo...

Maple, gracias por la visita!
Desde el 2007, año en que esta maravilla llegó a mi, he buscado el libro por todas partes sin éxito, por el momento, porque no me pienso rendir, como tampoco entiendo cómo es que un texto TAN bello e inspirador como éste no ha sido reeditado.
Un abrazo, extensivo a Lía

Raúl Pérez dijo...

excelente libro alguna vez hace varios años lo tomé de la biblioteca de un amigo y lo leí, y lo que nos enseña la autora es muy pero muy actual sobre el comportamiento humano. Gracias por compartirlo.

sierri perez dijo...

Hola, vivo en Córdoba, España y tengo libros del retorno de los nómades. Hace tiempo que voy regalando libbros aquellas personas que identifico como nomades luminosos-as. Besos

Azul... dijo...

Hola, Sierri!
Ayer lindo eso que haces y qué suerte que hayas conseguido ejemplares. El mío fue un regalo trasatlántico de una amiga hermana y ángel, que lamentablemente, cuando me llegó, traía un montón de páginas en blanco, por eso y por razones de salud, nunca pude terminar de transmitirles el libro...
Muchos besos :)