miércoles, marzo 28, 2007

Hasta siempre, Tocaya...

Hay personas con las que hablas y el cariño surge espontáneo, de inmediato, y yo solo puedo explicarme por el reconocerse de las almas a través de los tiempos y las vidas. Eso me pasó con Maricarmen, mi compañera de trabajo de Madrid, nos conocimos por teléfono, por razones de trabajo, y desde entonces nos hablábamos frecuentemente por teléfono para saber la una de la otra, para darnos ánimos y reírnos un montón, aunque solo habláramos unos minutitos por las prisas del trabajo de cada una, nos enviábamos fotos y teníamos nuestros respectivos números de móvil para que, si se presentaba la ocasión, nos viésemos allá o aquí... Nos reíamos un montón porque, salvo el segundo apellido, nos llamábamos exactamente igual, teníamos casi la misma edad, nos habían operado un tumor en la tiroides a ambas y ella se reía cuando yo le decía que mi cicatriz no era tal, que era la tapa de mis baterías, nos encantaba viajar, leer, charlar... en fin, nos parecíamos un montón y nos aprendimos a querer mucho en estos tres años de amistad...

Desde ayer yo estaba con el tema: "Tengo que llamar a mi Tocaya, que este mes no nos hemos hecho ni caso y no puede ser". Esta mañana dije "de hoy no pasa, sobre las 12 la llamo y hablo con ella un ratín"... No pudo ser... A las 10 de la mañana me llamó una compañera de su mismo departamento para darme la noticia de que Carmen, como la llamábamos, había fallecido ayer... El cáncer se la llevó en menos de un mes y yo no alcancé a decirle de nuevo que la quiero tanto...

Estoy triste y cabreada, he llorado a mares, y no tengo más palabras para explicarlo... Me recrimino sobre todo no haber estado cerca, no haber insistido, no haberle dicho tantas cosas que la habrían hecho reír tanto, como cuando le decía disparates por teléfono para levantarle los ánimos... Y, sobre todo, quisiera que alguien me explicara por qué se nos va la gente buena...

Hasta siempre, Tocaya... Te digo lo mismo que Miguel Angel: Yo que he tenido la dicha de disfrutar de tu amistad, te doy las gracias por haber tocado mi vida y haber dejado en mi una huella indeleble...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo siento muchísimo, amigui, mucho, te llamo más tarde okis?
Un abrazo de oso

Anónimo dijo...

Lo siento mucho. Poco o nada te puedo decir, solo que te mando un abrazo y todo mi cariño a través del ciber-espacio.
Besos

Anónimo dijo...

Lo siento, mucho, querida amiga ¿qué decir? No es justo, nunca lo es. Un beso muy fuerte y ánimo, si puede ser.

Anónimo dijo...

Juer! me he quedado de piedra...
cuanto lo siento...
Un abrazo y ánimo!

Anónimo dijo...

Todo lo que pueda contenerte en un abrazo...y las lágrimas.

Animo Azul

Anónimo dijo...

Poco más te puedo decir, cielo... Fuerza, ánimo y muchos cariñitos para ti de Marina y míos...

Anónimo dijo...

Lo siento mucho, muchisimo. Yo también tuve cáncer y también perdí a una amiga de lo mismo. Mi amiga murió hace 4 meses y tenia 32 años, dejó dos niñas pequeñitas. No puedo contestar a tu pregunta, imagino q se va la gente buena y las q no son tan buenas, no creo q Dios haga discriminaciones en ese sentido. Lo unico q puedo decirte es q erse muy afortunada porq t equedas, como tu bien dices, con lo mejor de esa persona, su amistad y aquellos ratos q pasasteis juntas.

Alli donde estes, un besazo enorme Carmen

Rosa dijo...

Se como te sientes ya que en pocos años he perdido 3 amigas, una de ella lo era desde los 7 años, es mucho dolor y nada se te puede decir que te ayude, solo recuerda lo bueno y los momentos compartidos.

Anónimo dijo...

Lo siento mucho, bella, como te dije anoche, debe ser que el cielo necesitaba un angelito y la eligiò, al menos es lo ùnico que a mi me da un pelìn de consuelo. Te abrazo fuerte. TQM

Anónimo dijo...

Hace poco murió un compañero mío de trabajo, en un accidente de moto..fue después de la comida de navidad. Era el mas alegre, alocado y generoso de todos los del despacho, un niño grande, un tipo gracioso y singular al que tuve la suerte de conocer y apreciar...y me paso como a ti, porque hacia tiempo que le veía, por estar de excedencia. El fue el único del despacho que me llamo un par de veces para ver como estábamos el niño y yo esos meses, y también pensaba, le tengo que llamar, le tengo que llamar a ver como les va...y no llegue a llamarle nunca. También yo lloré mucho, me pilló muy de sorpresa. Tenía 35 años. En su funeral, pensaba que se reiría de ver a tanta gente junta en la iglesia por el, que era tan ácrata y descreído. Pienso que a los buenos se los llevan antes por eso, porque son los buenos, porque se lo merecen. Quizá porque buscan algo mejor y Dios se lo concede.
Lo siento mucho, te mando un abrazo muy fuerte.

Angie Sandino dijo...

Animo mujer, que antes que nada tienes todo lo compartido.
Estoy contigo en tu pena.
Un beso...

Anónimo dijo...

Querida Azul, entiendo perfectamente cómo tu dolor sólo hace que abrir interrogantes de todo lo que pudiste haber compartido y no hubo ocasión. Creo que la vida es eso, creer que siempre habrá tiempo para querer y seguir queriendo a nuestros queridos. Estoy segura de que diste lo que sentiste, y eso amiga, sí que es un regalo generoso e indestructible.
Lo siento mucho.
Un fuerte abrazo.

Azul... dijo...

Gracias a todos por contenerme, por ser tan lindos tan cercanos, aún los que por primera vez se asoman por aquí y han tenido palabras de consuelo tan hermosas... Siempre he creído que para morirse lo único que hace falta es estar vivos, pero caray, los que se van tan jóvenes dejan tanto en el tintero...

Yo, que he estado a punto de palmarla varias veces y me he salvado milagrosamente (textual), en vez de sentirme triste, me cabreaba por mis hijas, tan chiquitas aún, y por todas las cosas que me perdería si me iba antes de intentarlas tan siquiera...

Ayer, a la hora en que Carmen estaba siendo incinerada, empezó a llover muy fuerte y, luego, granizó... pasado un rato el cielo se volvió a abrir yse puso de un azulito suave y salió el sol... que alguien me demuestre que no era mi Carmen despidiéndose de la forma más linda posible...

Un bessito a cada uno, de verdad, GRACIAS, qué lindo contar con palabras tan cálidas y desinteresadas...