miércoles, noviembre 15, 2006

Encuentros inesperados...

Lo más difícil es arrancar raíces,
dejar trozos del rompecabezas.
Lina Zerón

A veces la nostalgia -tan descarnada e inesperada-, me alcanza de lleno y me encuentra totalmente desprevenida, desnuda de escudos y, entonces, me desgaja el alma, me la vuelve líquida y se me sale por los ojos, indetenible... Hoy ha sido uno de esos días... Un mensajito de mi hija que entra al móvil y trae, inesperadísima, una foto del Ávila, esa montaña que me acompañaba siempre, pero sobre todo en los amaneceres desde la ventana de mi salón, con Caracas dormida a sus pies, mientras me tomaba el primer café calentito del día... esa montaña donde quiero mis cenizas abonando esperanzas, cuando la hora de decir adiós me llegue...


4 comentarios:

Anónimo dijo...

No es para menos, amiga, esa vista del salón de tu casa es inigualable y mágica.

Te doy un abrazo de oso, weno?

Mónica Rebolledo Sagredo dijo...

Que hermoso regalo te ha dado tu hija... permitió que tu alma saliera y de seguro eso te ayudó.
No creo que sea necesario arrancar raices, sino más bien, como leí en algún lugar, no lo recuerdo bien, pero creo que es mas o menos asi: "tener raices firmes y a la vez enormes alas".
Un abrazo a la distancia y muchas gracias por tus comentarios, me has hecho llorar en 2 ocasiones, creo que tienes muy nobles sentimientos, una buena persona.
Que tengas un buen día.

Anónimo dijo...

....... (o= .......

(pichurrale el link)

Azul... dijo...

Luz, snif, esa vista desde el salón de mi casita es de lo que más echo de menos...

Mónica, mi hija es mágica, ella tb lleva la nostalgia a cuestas, pero bueno, lo bailado nadie nos lo puede quitar... aunque emigrar se sienta como un arrancar raíces (por lo dolorso que puede llegar a ser)

Wey, "todo a pulmón", gracias, me cae que me cayó (caíste) del cielo. Gracias por existir, tq un chorro!!!!

Besitos para las tres!