Tu corazón está donde está tu tesoro...
Paulo Coelho
El Alquimista
En Venezuela hay una casta que despectivamente nos llama "los que se fueron". Nos echan en cara y no nos perdonan que nos hayamos ido del país, que no presentáramos batalla.
Son personas que no tienen idea de las lágrimas y el dolor que se te meten en el alma, cuando no tienes más opción que marcharte. No voy a justificar aquí nada. Yo salí de mi país por 10 días y debido a razones que no contaré aquí, no pude - NO PUDE - regresar...
Antes de eso me pasé tres años en manifestaciones contra el régimen, sufriendo torturas psicológicas y persecuciones que no le deseo a nadie. Perdí mi trabajo (lo perdimos 22.000 a la vez), perdí a mucha gente querida -alguna falleció por enfermedades que desarrollaron por causa de esa persecución que sufrimos-, perdí toda la vida que tenía construida y en la que me sentía feliz. Perdí mi país, todo lo que me era conocido, amado, vital...
Hace diez años que me fui. El buzón de correo tiene mi nombre, se moverme por esta bendita y mágica ciudad, no tengo amigos entrañables aquí, mas sí tengo parte de mi familia y personas bellas que he conocido y aprendido a querer mucho. Pero mi corazón sigue en Venezuela, el país que me vió nacer, en el que aprendí a ser la persona que soy. Mi tesoro está allá y eso no va a cambiar, aunque nunca más pueda volver a rehacer mi vida allá... o sí... ¿Quién lo sabe? Visto lo visto, yo ya no se hacer afirmaciones rotundas sobre planes que dependen de innumerables variables que no están bajo mi control... "La vida es eso que pasa mientras hacemos otros planes", diría Lennon.
No somos quiénes para juzgar a nadie, para hacer afirmaciones rotundas y terribles sobre la vida de los demás, sin habernos puesto antes sus zapatos, sin conocer todo lo que tuvieron que atravesar para llegar al momento presente... Nadie sabe de los dolores, las soledades, los vacíos que permanecen bajo la piel, en ese punto llamado alma, ése que solo su dueño conoce a la perfección...
Los que nos fuimos, en la mayoría de los casos, no tuvimos otra elección, y nos pasamos la vida pensando qué habría sido de nuestras vidas si nos hubiésemos quedado, si hicimos bien o no, si.... siempre dudando de esa decisión...
Con cada paso que damos esas preguntas forman parte de la cadencia de nuestro andar, del ritmo de nuestra respiración, del latido de nuestros corazones... No necesitamos que personas inconscientes e ignorantes pontifiquen en nombre de un derecho que no tienen, que no existe, que no es, y esto debería ser un ejercicio para cada quien, cada vez que le pase siquiera la peregrina idea de juzgar a un semejante...
1 comentario:
Pues mira, por esas casualidades de la vida yo llegué a tus mares azules, y tú a mis rutas verdes, y aunque tu corazón esté en Venezuela, un trocito aquí en este país tan mío ya como tuyo, y a veces la distancia te azote como azotan los huracanes, eres una mujer fuerte, luchadora, y hay que tener DOS PARES DE OVARIOS para seguir viviendo con la espalda cargada de nostalgia, el alma agridulce por razones que ya sabemos, y una familia repartida -mira que sé lo que es tener familia lejos. Tendemos a juzgar sin conocer. En fin, que quienes te conocemos sabemos que desde Venezuela hasta España hay un lazo indivisible de amor que lleva tu nombre.
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