Ahora que el año se nos va y llega uno nuevecito, nada mejor que esta reflexión en forma de entrevista que Víctor A. Mella le realizó a Moussa Ag Assarid, y que a mi me encantó cuando la leí en su momento.
Moussa Ag Assarid nació en algún lugar del desierto, en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali, hacia 1975. De su infancia en el desierto, Moussa ha guardado su pasión por los viajes. Decidió en 1999 cambiar los dromedarios de su infancia por otros modos de desplazamiento. Su llegada a Francia le marcó tanto que quiso volcar en un libro cada uno de sus descubrimientos y sus impresiones.
Estudiante de Gestión en la Universidad de Montpellier-I, de cuyo Consejo de Administración es miembro, Moussa Ag Assarid también colabora de forma eventual con Radio France International y con France Culture. En su tiempo libre ejerce de narrador de relatos en las escuelas y bibliotecas y también de actor. Además, Moussa preside la asociación ENNOR France para la escolarización de los nómadas, promotora de La Escuela del Desierto, que acoge a unos cincuenta niños tuareg a orillas del río Níger.
Que disfruten la entrevista y les toque el corazón, como me lo toca a mi cada vez que la releo :)
¡¡¡Felliz Año Nuevo!!!
Tú tienes el reloj, yo tengo el Tiempo...
Entrevista realizada por VÍCTOR M. AMELA a
MOUSSA AG ASSARID
-No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, ¡sin papeles!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¡Qué turbante tan hermoso!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados" , porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso, "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad es tan silencioso el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante...
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello: si te pierdes te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo...
La breve biografía de Moussa que transcribo la tomé de aquí, pero lamentablemente, al momento de publicar el post, la página ya no existe :(
La entrevista la recibí vía e-mail, ¡Gracias Miguel!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo
- ¡Qué turbante tan hermoso!
- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.
- Es de un azul bellísimo...
- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...
- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?
- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.
- ¿Por qué?
- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.
- ¿Quiénes son los tuareg?
- Tuareg significa "abandonados" , porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso, "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.
- ¿Cuántos son?
- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.
- ¿A qué se dedican?
- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...
- ¿De verdad es tan silencioso el desierto?
- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.
- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba... Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!
- ¿Sí? No parece muy estimulante...
- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello: si te pierdes te llevará a donde hay agua.
- Saber eso es valioso, sin duda...
- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!
- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!
- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?
- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...
- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...
- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.
- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?
- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...
- ¿Tanto como eso?
- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.
- ¿Qué pasó con su familia?
- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa... Entendí: mi madre estaba ayudándome...
- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?
- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...
- Y lo logró.
- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.
- ¡Un tuareg en la universidad!
- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.
- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?
- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!
- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.
- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...
- Fascinante, desde luego...
- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...
- Qué paz...
- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo...
La breve biografía de Moussa que transcribo la tomé de aquí, pero lamentablemente, al momento de publicar el post, la página ya no existe :(
La entrevista la recibí vía e-mail, ¡Gracias Miguel!
17 comentarios:
Entrañable entrevista.
Este hombre demuestra un gran instinto de superación, pero a la vez, la entrevista, en concreto las respuestas, me han hecho reflexionar:
No acabo de entender que algunas personas de otras culturas vengan, incluso jugándose la vida algunos, a vivir en la nuestra, la occidental.
Si no te gusta ¿a qué vienes?
Espero que no se me malinterprete, pero me parece una hipocresía criticar la cultura que te acoge y que tú mismo buscaste.
Besos y feliz año 2010.
Un deseo para el nuevo año :
Que la lluvia de la paz, la esperanza, la felicidad y el amor te pille con el paraguas roto y salpique a todos los que estan a tu alrededor..
La riqueza del ser humano se mide por la cantidad y calidad de los amigos que tiene.
Gracias por ser parte de mi fortuna.
Feliz Año 2010
Volveré a leer la entrevista con calma, pero ahora te dejo un beso y te deseo que entres en el año nuevo llena de fuerza e ilusión.
¡Feliz año nuevo!
Le dieron ganas de llorar ante el grifo abierto. ¡Qué enseñanza!
GRACIAS QUERIDA AZUL POR COMPARTIR ESTA ENTREVISTA.
MUCHO QUE MEDITAR TRAS LEERLA.
BESOOSS Y QUE TENGAS UN HERMOSO 2010.
Eres una joya que siempre oculta un broche, una esmeralda o un diamante de incalculable valor en algún cajón de la memoria.
Da gusto pasar por aquí, abrir un cajón, y luego otro, y otro; descubrir tantas cosas hermosas.
Que el 2010 sea amable contigo.
Besos.
Feliz Año 2010 Azul! Que sean todos los dias con la mayor paz, alegria, bienestar y prosperidad! Que entreista tan llena de aceptacion y humildad, me gusto mucho gracias!Besos
Elenísima de mi corazón, yo no lo veo como una crítica de parte de Moussa, sino como una llamada de atención que, por lo demás, es validísima y cierta. No tomes como una crítica negativa sus palabras, mi niña, cuando uno está lejos de su tierra -y lo puedo decir en primera persona-, aunque haya hecho una elección consciente de irse a otra parte, no deja de añorarla y la distancia te permite darle el justo valor a cosas en las que no reparabas cuando las tenías delante ;)
Yo no te malinterpreto, vecinísima bella, aquí se puede decir lo que se piensa y permitirnos unos a otros mirar las cosas desde otro lugar ¡eso siempre nos enriquece! :)
Te mando 3000 besotes pa'llá arriba y mi mayor deseo porque tengas un año estupendííísimo!!!!
Tomás, si la paz, la esperanza y el amor me llueven, júralo, yo no corro a por el paraguas!!! :)
Un beso enormísimo, gracias a ti también por formar parte de mi fortuna!
Maga bella, no te pierdas la entrevista cuando tengas un ratillo, seguro que te gusta :)
Que tengas un año nuevo llenísimo de sueños hechos realidad y que ¡por fin! encontremos el tiempo de tomarnos los cafés que hagan falta para ponernos al día ;)
Tqmmmmmmmmmm
Alicito de mi corazón, sí, conmueve hasta los huesos. Yo confieso que se me aguan los "soguitos" cuando la leo, y la he leído muchas veces
Un besototote!!!
Pilar, mi caminante del sur, ciertamente deja mucho en lo cual meditar para sacrle provecho, para poner el dedo y señalar lo mejorable
Te mando muchísimos besos, me ha encantado tenerte de nuevo por aquí, y te deseo un año estupendísimo para ti y los tuyos :)
Tawaki, y ahora ¿que te respondo yo a esa belleza de comentario???? :)
Gracias... Gracias por estar aquí, por compartir conmigo el camino, por ser tan lindo y consecuente, por estar siempre cerquita, presente. Que sepas que valoro cada gesto que tienes hacia mi y los atesoro en el corazón.
Te mando 3000 besotes y todo mi cariño. Que este nuevo ciclo te traiga aquello que anhela tu corazón, guapísimo
Tqm!!!!!
feliz año nuevo, Yudithcita bella!!!!!! Seguro que el 2010 te trae una cosecha hermosísima, porque es lo que mereces, por ser tan linda y especial.
Te mando un quillón de besitos y me alegra muchísimo que te gustara el post ;)
Porcierto, estuve unos dìas de diciembre en San Fernando de Apure y te confieso que me entristecí pues en una época que debía estar la sabana reverdecida por ser de "salida de aguas" osea, final de lluvias. Lo que ví fue terrible: El embalse de Calabozo está casi seco, con decirte que en el tapòn se ven los "carameros de los árboles" Los mismos lugareños dicen que nunca habìan visto la represa así empezando el año y nisiquiera en temporada de sequìa ¿Qué quedará para el mes de abril y mayo? Los parceleros del sistema de riego comenzaron a sembrar sorgo pues la película de agua que es necesaria para el arroz no se formó. Añádele a todo esto, la impertación irracional, y la inseguridad, tanto física como jurídica en el campo venezolano y...Te puedes imaginar...Casi una profesía bíblica sobre Egipto. Dios quiere enseñarnos algo a los venezolanos ¡Pero cómo nos doleràn esas lecciones!...Que Dios tnega piedad de nosotros
wow que increíble la entrevista amiga!! Ese es un de mis propósitos para este año, en la Isla de Margarita me di cuenta de tantos detalles, me detuve a contemplar muchas cosas y eso hizo huella en mi, quiero seguir con esa actitud todo el año, te iré contando si lo estoy logrando ;)
Un besote y que este 2010 te traiga cosas hermosas, positivas, salud, prosperidad, bendiciones y alegrías.
El azul es un color mágico. Casi tanto como tú.
Mis mejores deseos para el año que ahora estrenamos. ¿Me prometes que serás feliz?
Besos
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