lunes, diciembre 14, 2009

Destinos...

Como ya se respira Navidad, les traigo una historia real, que toca el corazón, tengamos el credo que tengamos...




El Papa Juan Pablo II, en una solemne sala del Vaticano, recibe a una de las más altas autoridades religiosas del judaísmo, el gran Rabino del Estado de Israel, Meir Lau.

La formal entrevista se llevó a cabo en fraternal marco y quedó espacio para el relato anecdótico. El religioso judío narró al Sumo Pontífice un hecho acaecido hace largas décadas en una ciudad europea.

Le contó que terminada la Segunda Guerra Mundial, una señora católica se dirigió al párroco de su pueblo, para hacerle una consulta.

Ella tenía a su cuidado, desde los días de la guerra, a un pequeño niño judío que le habían encomendado, pues sus padres habían sido enviados a un campo de concentración. Los padres del niño, desaparecidos en el trágico infierno de la masacre nazi, habían previsto para él un futuro en la tierra de Israel.

La señora se encontraba ante una encrucijada y pedía al sacerdote católico un consejo.

El párroco tuvo una pronta y comprensiva respuesta:
"Se debe respetar la voluntad de los padres".

El citado niño judío fue enviado al entonces naciente Estado de Israel, donde se criaría y educaría.

La anécdota resultó muy interesante para Karol Wojtyla, y pasó a ser más conmovedora aún, cuando el gran rabino le aclaró la identidad de aquellas personas:

"Usted, Eminencia, era ese párroco católico... y ese niño huérfano...era yo"

13 comentarios:

Tawaki dijo...

Por muchas vueltas que sepamos que da la vida siempre queda un lugar para la sorpresa.

Besos.

http://maricruzpe.blogspot.com/ dijo...

Esto es una muestra de las vueltas que da la vida. Bonita historia.FELIZ NAVIDAD

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Si es cierta es verdaderamente ejemplar la historia. Creo que Ghandi obligó a uno de sus seguidores que había provocado la muerte de un vecino musulmán a que se encargara del cuidado de su hijo ¡y lo enseñara como musulman!

En fin, la tolerancia, esa palabra que gastamos por tanto mal uso debe ser siempre nuestro horizonte y guía.

Un abrazo.

leo dijo...

Me encantan estas historias. Espero que haya muchas así, aunque no nos enteremos.
Besis.

Elena dijo...

Tierna historia y extraña coincidencia.
Y es que el mundo es un pañuelo.

Un besillo va "pabajo".

http://asociacionplanetaverde.blogspot.com/ dijo...

Soy católico y practicante pero, sinceramente dudo mucho que Karol Woittila dijese lo que leo en la anecdtoa, Juan Pablo II ha sido de los Papas mas intransigentes que ha tenido la historia cristiana (y el que está ahora es peor)

Azul... dijo...

Así es, Tawaki y a veces, como ésta, nos conmueve hasta los huesos :)

Besototes, guapísimo!!!

Azul... dijo...

¡Gracias, Maricruz y bienvenida!

Azul... dijo...

Hay héroes por todas partes, Goathe, de algunas historias nos enteramos, pero el heroísmo y la grandeza de corazón están por todas partes ;)

Un beso enormísimo!!!

Azul... dijo...

Maga, sí, como le decía a Goathe, cuántas habrá que ni nos enteramos :)
Un beso gigantísimo!!!

Azul... dijo...

Elenísima, va un tren de besotes pa'rriba!!! ;)

Azul... dijo...

Planeta verde, yo creo que nadie es absoluto en cualquiera de sus rasgos, y por la fuente de donde me llegó esta historia, puedo asegurarte que es cierta...

¡gracias por pasar!

Azul... dijo...

Ana, qué linda, muchas gracias y espero que tu Navidad también sea maravillosa!!!!
Besitos