lunes, octubre 12, 2009

Mujer que busca Amor...

Había una vez una mujer que buscaba el amor. Lo buscaba de un lado a otro de la vida averiguando sus paraderos y preguntando por sus maneras. Lo buscaba intensamente.

Se ponía su piel y sus tocados de mujer y salía a buscarlo inventando baladas en los anocheceres y valses en las medias noches.

Se ponía sus mejores ojos y sus mejores labios y salía a buscarlo con caricias que después quedaban por ahí como palomas mojadas.

Ella y el amor se desencontraban siempre.Ella iba y él venía. Ella andaba por la selva y el amor por el desierto. Ella en el desierto y el amor en las alturas.
Ella en las orillas de arena y el amor dando vueltas por el Obelisco.

Lo buscaba en los puentes, en los túneles, en las avenidas, en los caminos de tierra. Todo un itinerario de búsquedas con líneas rectas y curvas que se fueron agregando a las líneas de sus manos.

A veces salía a buscarlo con herraduras de siete clavos.
A veces con la rosa de los vientos mojada en agua de rosa mosqueta.
Otras veces con tréboles de cuatro hojas latiendo en la mitad del pecho.

Creyó encontrarlo en los halls de los cines, en los museos, en los aeropuertos, en los bares, pero sólo fueron señales equivocadas. Ilusiones de los ojos. Encantamiento de los labios.

Un día dejo de buscarlo.
Guardó las herraduras y los tréboles en los cajones.
Dejó que la rosa de los vientos se fuera con el viento del sur y salió a la vida por otra puerta.

Caminó de un lado a otro tratando de saber cómo eran esos caminos. Cómo era caminar sin buscar el amor. Sin esperarlo. Ir por la vida sin el reloj de los desencuentros. Andar con cada cosa en su lugar.El corazón cumpliendo sus latidos y los ojos cumpliendo sus miradas. Andar así era un alivio de cuatro hojas.

Una tarde volvía de cualquier lado, caminando como si el paraíso pasara por esa calle. Iba como en el aire, pensando en cualquier cosa florecida. Iba con el reloj en ninguna hora y el corazón en ninguna espera.

Caminando así dobló la esquina y ahí estaba el amor.

Ahí estaba, esperándola con un aire de selvas y de océanos, en medio del ruido de los autos y de los semáforos florecidos.

Ahí estaba, con esa pluma de paloma en la solapa.

Con ese ramito de lavanda que no se había marchitado aunque ella hubiera demorado tanto tiempo en llegar.

Lía Schenk

16 comentarios:

PACO dijo...

hola Azul. Buscar amor es una tarea satisfactoria cuando se encuentra y deprimente si solo percibes una ilusión. Todo se encuentra cuando menos te lo esperas. Vivir en amor tendría que ser una asignatura en la vida que nunca fuera puntuable. Sin suspensos ni aprobados..Es bonito despertarse con tus palabras . Esperaré con anhelo el proximo. un abrazo tan grande como azul es el cielo.

Cris dijo...

Siempre hay alguien en un lugar del mundo, esperándonos con las mismas ansias con que nosotros lo buscamos, un beso, hermosa la historia.

Elena dijo...

Creo que el amor no se busca pero sí hemos de estar preparados para recibirlo cuando llega, y saberlo reconocer para no dejarlo pasar de largo.

Un besaco gordo.

leo dijo...

Me gusta mucho cómo cuenta lo que cuenta, ese "alivio de cuatro hojas".
Y es muy cierto que es el amor el que sale al encuentro.
Un besote muy grande.

Anónimo dijo...

"Penélope
con su bolso de piel marrón
sus zapatillas de tacón
y su vestido de domingo"

Yudith Valles de Perez dijo...

Que preciosa narracion Azul, a veces hay dejar fluir, sin busquedas ni esperas. Besos

Rud dijo...

¡Hola, Azulita!
Una composición muy hermosa.
Siempre he pensado que no podemos buscar el amor, pues lo llevamos dentro para darlo a montones a quienes nos rodeen, a nuestra pareja, a nuestros hijos, a nuestros amigos, incluso a las personas que nos escriben algunas líneas en el blog.
Si se tratara del amor de pareja, tampoco hay que buscarlo, él llega en el momento menos esperado y con la persona menos pensada…
Cordiales saludos

Tawaki dijo...

Si el amor la encontró ella fue porque se enteró de que lo andba buscando.

Un beso.

Azul... dijo...

Francisco, el Amor, si es verdadero Amor, nunca decepciona y, sí, llega cuando menos lo esperas
A la que le hace ilusión verte por aquí es a mi ¡gracias y un besote!

Azul... dijo...

Cris, así es, y hay que estar atentos a las señales ;)
¡Un besote!

Azul... dijo...

Eso es, Elena, porque ese tren ¡no puede perderse!
Un beso enorme, guapa

Azul... dijo...

Leo, a mi esta escritora me conmueve siempre, no he encontrado libros suyos más que en la red, y siempre ha sido un encuentro fabuloso
¡Un besazo, Maga bella!

Azul... dijo...

Y... no, Alí, porque Penélope se quedó esperando, no supo reconocer su Amor cuando regresó ;)
Un besote, paisano de mi corazón

Azul... dijo...

Mi Yudithcita bella, así es, con los brazos abiertos para estar prestos a recibirlo cuando llegue
¡Besitos!

Azul... dijo...

Rud, tal cual, nada que pudiera yo añadir a tu comentario ¡gracias por venir y un beso!

Azul... dijo...

Tawaki de mi corazón, o porque dejó las puertas abiertas, vacías de ansias y el Amor encontró espacio para entrar ;)

¡Un besotote!