Levedad...

Todo está patas pa'rriba, no se trata de mi o de ti, ¡es que nada está en su lugar! De una forma u otra a todos nos salpica lo que hagan o dejen de hacer los que tienen el deber de tirar del carro desde el frente, porque está claro que a todos nos toca, desde nuestro lugarcito, empujar también... pero el tema más que de deberes quiero apuntarlo hacia las actitudes...

¿No es cierto que cuando afrontamos las cosas con buena disposición de ánimo, por más pesadas que nos sean, salen mejor? Entonces ¿por qué no lo hacemos? ¿por qué elegir la pesada carga del pesimismo frente a la liviandad de la sonrisa? ¿por qué en vez de cargarnos con las piedras del desaliento, no soltamos el lastre y extendemos las alas al sol, aunque haya tantos cables que, de momento, no podamos volar?

Cuando no corren los mejores tiempos yo siempre me repito una frase que, prodigiosa, llegó a mi hace mucho y que en este momento no recuerdo de quién es (lo siento):

No hay otra forma de salir, sino atravesando...

Así que mejor atravesar con una sonrisa luminosa, que nos salga desde los mismísimos talones y nos guíe entre las sombras, porque el bosque no nos va a durar para siempre y en algún momento nos volverá a brillar el sol...