domingo, abril 08, 2007

Venezuela en la Unesco...

En Venezuela, como en casi todas partes, en Semana Santa -los que pueden- huyen de las ciudades. Como allá el rollo climatológico no es tal (siempre es primavera-verano), la playa es una de las elecciones más frecuentes, pero eso no quita que haya otros lugares que son de ensueño, porque todo el país lo es. Por ejemplo les pongo estos tres lugares que hoy les traigo y que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco:



  • La ciudad de Coro y su Puerto, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.
  • Este es un conjunto arquitectónico en que se pueden apreciar los distintos períodos de colonización, con estilos indígena, holandés y español. Se ubica en Coro, en el Estado de Falcón.

Santa Ana del Coro fue -en el Siglo XVIII- la primera ciudad capital de Venezuela. Fue fundada en 1527, y sus lugares más destacados son la Catedral, con su altar barroco, la Iglesia de San Clemente, con la Capilla del Sacramento y el Campanario más alto de la ciudad.

La Casa de las Torres, del Siglo XVIII tiene un zaguán considerado el más bello de la ciudad.



  • El Parque Nacional Canaima, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. En estas elevadas mesetas y profundas quebradas, que ocupan tres millones de hectáreas, se encuentran variedad de ambientes, biodiversidad y diversas formaciones geológicas, entre la que se encuentra la más antigua del planeta. El mayor atractivo del Parque Nacional Canaima es el Salto Ángel, que es el salto de agua más alto del mundo... Si alguna vez en la vida se les presenta la opotunidad de visitar Canaima, no lo duden, me van a agradecer la sugerencia el resto de la vida ;)


  • La Ciudad Universitaria de Caracas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000 y tengo el orgullo de haber estudiado allí mis carreras...

Fue la primera universidad fundada en Venezuela y una de las primeras en territorio latinoamericano. Esta sede es obra sobresaliente del arquitecto venezolano Carlos Raúl Villanueva y un grupo de artistas de vanguardia de todas las latitudes, y "...constituye un ejemplo de los más altos ideales del urbanismo, la arquitectura y el arte, representativo de la utopía moderna, que expresa el anhelo por alcanzar un mundo ideal de perfección para una sociedad y un hombre nuevos" (UNESCO, 2000).

El recinto universitario, cuenta con más de 70 edificaciones así como con el Jardín Botánico de Caracas, la segunda biblioteca más importante de la nación y con nueve de las once facultades que conforman la universidad. En el centro de la Ciudad Universitaria se encuentra el Aula Magna, un gran auditorio que cuenta con excelente acústica gracias a las Nubes Acústicas de Alexander Calder, que recorren todo el techo y los costados de su interior.

16 comentarios:

Miguel Pinto dijo...

Muy interesante este post. Aunque también pasaba para saludarte y desear para ti lo mejor de lo mejor

Anónimo dijo...

¿y el
amor
cuándo lo declaran patrimonio de nuestra humanidad?
mi padre trabajó algún tiempo en la unesco, en parís
un beso,
amor

Anónimo dijo...

¡Es tan grande el mundo! Desde luego dan ganas de ir a todos esos lugares al leer tu entrada. Me imagino cómo debes echarlos de menos...
Un abrazo

Anónimo dijo...

Los mèdanos de Coro, el Auyantepuy y el reloj del Rectorado de la UCV, tantos recuerdos doctora, tantos
TQQJ

Anónimo dijo...

Sí vale, al menos pude disfrutar de la UCV por un tiempito ya que estudié allí 3 semestres antes de venirme a España.
Saludos!
Besos :P

Rosa dijo...

Mi UCV, que tiempos aquellos.
En mi blog puse unas imagenes de la gran sabana que seguro te gustara ver, ademas siempre trato de poner cosas de Venezuela

Anónimo dijo...

Que país rico,su país,que sí,que me dan muchas ganas de conocerlo.

Besos

Max

El Trimardito dijo...

Nuestro país tiene de tooodo, y bueno para ver y dejarse ver.

Saludos!!

Anónimo dijo...

Es que es bello nuestro país, "bello hasta las lágrimas" como sueles decir tú misma.
Besuchisssssssssssss

Anónimo dijo...

PD) Espero que Laura esté mejorcita, ya verás que solo es un sustico y ya

Anónimo dijo...

EL DIA EN QUE ME TRANSFORMÉ EN EGRESADO
Uno nunca debería irse. Por Laureano Márquez

Fue una mañana de septiembre. Yo entré a la UCV, como cualquier otro día, luego de saltar a la acera, en la parada de Las Tres Gracias, desde lo alto de un autobús de la línea San Ruperto o, como a los estudiantes nos gustaba llamarlo, Saint Rupert, en los cuales se subía el elocuente vendedor del mentol Apache, un mentol que lo curaba casi todo y que era anunciado con un slogan que aludía a su reducido precio: "la casa Apache pierde". Entré por la Parroquia Universitaria, atravesé el pasillo de arquitectura, me metí por derecho para acortar camino. Me detuve en el cafetín de Rafael a pedir el habitual guayoyo, pero todo era diferente ese día: nos teníamos que encontrar en el rectorado los compañeros de estudio para firmar la obligatoria acta de graduación. Estábamos todos frente a la irremediable línea que separa de la universidad a un estudiante que ha librado batallas académicas de cinco años y hasta campañas admirables de diez, en algunos casos, para convertirlo en egresado. Ya no veníamos a inscribir semestre; ya no nos encontraríamos en las aulas nunca más como lo habíamos hecho hasta entonces. La UCV iniciaba ese día, gracias a nosotros y como lo había hecho tantas veces, el trabajo de parto. La UCV nos daba a luz -nunca tan bien usada la expresión, pues se completaba la iluminación del conocimiento- pero éramos nosotros los que sentíamos los dolores. Algunos compañeros comentamos lo útil que sería que uno pudiera estudiar la misma carrera 2 veces: La primera para graduarse, la segunda para aprovecharla mejor, sabios como éramos ahora, que sí conocíamos para qué servía nuestra profesión. Bajo el reloj, juramos todos que nos encontraríamos nuevamente una vez al año. Alguien dijo que eso era mucho tiempo, que mejor sería una vez por semana en El Tropezón, entre arepas y cerveza. No nos hemos reunido nunca y ya vamos para los 20 años de graduados, pero nos hemos vuelto a encontrar por los pasillos de la vida y en salones de clases de los colegios en los cuales se han reunido nuestros hijos, algunos de los cuales ya estudian en la UCV. Inevitablemente, esos fugaces momentos devuelven a mi alma, por las veredas de la nostalgia, a la casa que vence la sombra y entonces me ilumino recordando aquel día en que la profesora de Sociología me sorprendió imitándola desde la cátedra; la primera vez que entré al Aula Magna; los sandwiches de pernil de Ingeniería; el mítin de Zapata; los libros de la Editorial Progreso; los exámenes orales del profesor de Historia; las clases en las que lloré frente a la hermosura de la filosofía griega; el croar de los sapitos que acompañaban las sesiones de lectura hasta el cierre de la biblioteca en la noche. Ser egresado es también una profesión. Conseguir trabajo puede ser el más difícil de los exámenes. Tratar de abultar el currículo es todo un arte. Con el acto de grado se acaba la luna de miel de la vida, como si ese día se alcanzara la verdadera mayoría de edad. Ayer volví a la Escuela en la que estudié a dictar un seminario. Tomé un café, como siempre, donde Rafael, cuyos cabellos están ahora completamente encanecidos. Cada rincón de la UCV me contó una historia de mi pasado, un pedazo de lo que soy. Transité, como un viajero del tiempo, por las sensibilidades que me han dado forma, por los momentos en que todo era posible. El destino del mundo estaba en nuestras manos y amasábamos utopías tendidos sobre la grama. Pasé lista, miré la mirada expectante de mis alumnos, que era la mía y entonces no lamenté ser egresado, porque uno nunca se va.
UCEVISTA SIEMPRE.

Azul... dijo...

Miguel, paisanísimo, me alegra muchísimo saberte de regreso!!!

Santi, esa propuesta cuenta conmigo incondicionalmente!!!

Leo, bella, sí, los extraño mucho, muchísimo, nadie que los haya conocido podría olvidarlo, imagínate lo que puede ser haber nacido allí y que formen parte de tu paisaje diario...

Carlos, TODOS los recuerdos, todos...

Rosa, he visto las imágenes que tienes y no me canso de verlas cuando te visito, son preciosas!!!

Max, estoy segura de que te encantaría...

Trimar, nada que añadir a una verdad tan grandototota!!!

Luzmi, sí, y cómo lo lloro no lo sabe sino Dios... Laura mejora, ahora faltan que le pase todo para hacerle las pruebas de alergia; gracias por las llamadas, eres mi solcito bello.

Xiliux, me hiciste llorar al releer el artículo de Laureano, no solo porque recorrí cada pasillo sino porque Laureano es mi amigo y mi compadre (es el padrino de mis hijas y yo soy la madrina de la suya). Gracias por ese regalote!!!

Bessitos a todos, gracias por venir!

X dijo...

Lo sé, por eso te lo mandé, porque además por tu último post deduzco que andas un poco triste y aunque sea algo que te puso nostálgica, sé que te iba a gustar mucho, tanto como me gustó a mí cuando lo leí.
Besos y ánimo! :)

Anónimo dijo...

Xili,conocí a Laureano de la mano de Azul y por sus escritos (algún día sabrás de que manera caUsalísima sucedió eso),y de verdad te digo que al leer a Laureano en el texto que dejaste aquí me he sentido como si fuera yo el que recorría esos claustros,solo me falta viajar a Venezuela para reafirmar lo que ya sé gracias a Laureano.

Gracias Xili !!!

Besos

Azul... dijo...

Xili, de nuevo gracias por ese regalo tan bello! Y sí, yo le digo a Laureano que Max es el presidente de su club de fans por el sur =o)

Azul... dijo...

Comentario y agradecimiento especialísimo al Brujísimo Don Carlos, que en su blog "Días del Futuro Pasado" (http://www.futuropasado.com), el 08/04/07, reseña este post sobre Venezuela, entre otros, como "lo mejor en la blogosfera en la semana del 2 al 8 de abril de 2007" (sic)

Gracias, Brujísimo, como ya le dije, viniendo de Ud. es todo un honor que me hace y que me llena de muchísima emoción!!!

Besotes para Ud!!!