domingo, junio 18, 2006

"Por si éramos pocos...


...parió la abuela..."

Se llama Pípi y es un pichón de golondrina -creo-
se lo trajo mi hija Isabella de Cerro Muriano, una
barriada a las afueras de Córdoba, porque se cayó
del nido y su mamá no vino a rescatarlo (No tuve
corazón para dejarlo tirado a su suerte, la verdad)


Así que hoy estoy como madre recién estrenada,
porque Pípi, como todo bebé, come cada 3 horas
y no perdona ni un segundo... menos mal que a las
3 de la mañana cayó rendido de cansancio y me dejó
dormir algo... eso sí, es tan lindo y tierno!!!!




8 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué animalillo tan chiquitito y tan indefenso... verás el disgusto que os vais a llevar cuando tengáis que dejarle que vuelva a vivir por su cuenta :)

Anónimo dijo...

Un consejo:
La comida es preferible que se la den con la punta de un palillo (no con filo) a forma de lápiz,... así él tendrá la sensación de que ésta siendo alimentado por su madre

Ok!!!??

Yo he críado, bueno, mi amá pajaros de esa manera...

Yo!!!

Pd. Los pajaros no comen de noche... :oP

Anónimo dijo...

Oye, qué dos lindos pajarillos. Es tu hija? Ay que preciosa que es...Mira, mi novio me llama Pípi. Jejeje. Casualidades? viene de la palabra Pileña. Je.

Azul... dijo...

Hoy llegué a casa a mediodía, como loca por ver a mis enanas y a Pípi... me encontré a Isabella con los ojitos rojos y apagadita: Pípi decidió que hasta aquí y se fue al cielo de los pajaritos

=o(

En general no ha sido un buen día... menos mal que solo dura 24 horas, cachis...

Anónimo dijo...

Pípi y tu niña siguen despertando ternura desde esas fotos que estoy mirando,coincidieron y se tocaron MariCarmen,una experiencia única para ambos :)

besos

Max

Anónimo dijo...

Una prueba más de que no todos los comienzos tienen un fuen final. Son cosas de la vida.
El asunto es que entre el caos que dejan atrás, se logre siempre exprimirle algo positivo.
La Isa tuvo unos momentos de crecimiento con el pajarito y usted tuvo la temporal experiencia de ser abuelita. ;-)

Azul... dijo...

Bueno, la verdad es que abuelita no me sentí, me sentí mamá adoptiva y estaba disfrutando la ternura de un pichón de mujer cuidando a un pichón de gorrión, la responsabilidad de Isabella y el enamoramiento mutuo que sentían ambos.

Ayer cuando llegué a casa, me encontré a Isabella hecha un ovillito en mi cama, llorando. No supe qué decirle, porque yo me sentía como ella, lo extrañaba y estaba triste. Me dijo que quería a su Pípi de vuelta y se me arrugaron el corazón y todas las tripas...

Hoy está un poco mejor, pero los ojitos los sigue teniendo tristes y le pone flores a Pípi en la jardinera donde lo enterró...

El día hoy mejoró algo, pero sigo con la sensación de desastre inminente en la panza.

Gracias por los ánimos, espero estar de vuelta pronto, la verdad es que entre el calor que hace y la tristecita, no me he tenido muchas ganas de nada...

Eso, que me voy ya a casita, ya está buen de curro por hoy.

Besitos

Anónimo dijo...

Las primeras lágrimas que esa niña recordará por siempre,pero será un recuerdo dulce...

Besos

Max