La chica es joven y me juzga...
no conoce las razones de mi hacer,
pero saca conclusiones...
Y yo, desde la distancia, sonrío...
ayer habría intentado justificarme,
enseñarle que no hay que mirar
desde un solo ángulo...
Hoy me callo... no tengo que
demostrar nada a nadie...
tampoco a ella...
El tiempo se encargará de hacerle
entender... como yo entiendo que
no soy ni su madre, ni su maestra...
La vida le enseñará,
como lo hizo conmigo...
Ahora me producen ternura y no ira,
su ceño arrugado y su
palabra mordaz...
2 comentarios:
Hola Azul, este post me queda calzado, pero debo decirte que Nadie experimenta en cabeza ajena. Muchas gracias por los libros que me has recomendado, ya los consegui, estoy leyendo el de Jorge Bucay. Gracias de nuevo, alguien que aporta algo positivo a la vida es casi un angel.
Hola, Moon, preciosa, seguro que el libro te dará mucho y volverás a él mucho después de haberlo leído por completo.
Sobre el post, no te preocupes, hay que dar tiempo al tiempo, no nos damos cuenta de las cosas que vamos aprendiendo hasta que las necesitamos, entonces, vienen en nuestro auxilio y nos damos cuenta de que hemos capitalizado el aprendizaje.
Un besito para ti,
Azul
PD) No, no, pobres ángeles, seguro que armaría un soberano bolonqui si me dejaran ayudarles, pero gracias, eso sí que es TODO un piropo :)
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