Viste cuando tenés que armar un rompecabezas y tenés las piezas sueltas y desparramadas sobre la mesa? Viste que al principio vos agarrás una y pensás "y esto donde cuernos va?" Y viste que buscando la forma y el color vas encontrando la forma de encajar todas las piecitas para armar el puzzle grande?
Pero, nunca te pasó que cuando ya te falta poco para completar el modelo te encontrás con una pieza que suponete, es verde cuando todo el puzzle es naranja? Como que nada que ver esa pieza con lo que vos despacito y con trabajo estás armando. Y por un rato la dejás al costado y seguís construyendo. Pero la piecita sigue ahí, no se va ni se cambia de color.
Entonces te agarra duda: "Por qué esto acá? quién me lo dejó? habrá sido una broma? tendré que ubicarlo en algún sitio y yo no me doy cuenta? A ver si armé todo mal porque no tuve en cuenta esta pieza..." Y también te agarra enojo: "Quién estuvo metiendose en lo que yo estoy armando? quién me puso esto acá? Qué ganas de joder y de cambiar las cosas! Ah, no! el fabricante de puzzles me va a oir, cómo es eso de poner verdes con naranjas?"
Pero la pieza, enojada o con duda, sigue ahí en la mesa, sin poder encastrarla en ningún sitio.
A menos qué...
A menos que empiece todo de cero,
a menos que hable con el fabricante,
a menos que complete el puzzle y encuentre que esa pieza sobraba,
a menos que me quede con un puzzle con agujerito y una pieza inútil,
a menos que aunque sea de prepo haga encajar la pieza verde entre las naranjas...
le hizo grugru a marxxiana
15/06/2004
Tomado del Blog "Apuntes de mis Tripas", que pertenece a la "culpable" de que yo haya iniciado el mío :)
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