En este mundo hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle a uno la vida /
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas
me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas
pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve
para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo
Mario Benedetti
capaces de endulzarle a uno la vida /
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas
me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y también la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas
pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve
para ser alguien entre cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo
Mario Benedetti
3 comentarios:
Es cierto: en esta vida son muy pocas las cosas que endulzan, las cosas que alegran por eso cada vez es más importante apreciarlas y saber "detectarlas".
Abrazos.
Yo creo que hay bastantes cosas que nos endulzan la vida, lo que ocurre es que nos acostumbramos a ellas, las valoramos menos de lo que se merecen y siempre queremos aumentar la dosis.
Preciso y precioso, como todo en BenedettiAbrazos
María Pilar
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