jueves, noviembre 19, 2015

La certeza...




Entonces lo supo todo. Como balas que rasgan la niebla, la certeza se abrió paso en su ser, la tristeza corrió a ovillarse entre sus costillas y, entre las dos, la dejaron sin aire.

Nada te prepara para la certeza de algo que en el fondo te esperabas, pero en el que aún se mantenía brillando, terca, una llamita de esperanza. La historia se acercaba al fin; ya no podía hacerse la ciega. "Un puente no se sostiene de un solo lado", habría dicho Cortázar y, hasta entonces, solo le había parecido una frase poética.

Como una experta en abandonos, recogió sus pocas pertenencias: la luz que le iluminada el rostro cuando lo miraba, algunos poemas de Juarroz, dos copas de vino y la manta que ahora yacía, fría, frente al hogar apagado. Miró su equipaje: tan liviano, tan inútil. Y sacó de la maleta el Amor. Lo dobló despacito y lo introdujo entre las páginas de un libro que dejó sobre la mesa. A donde iba no le haría falta esa clase de sentimiento. De camino hacia la puerta se volvió, acarició con la mirada cada recuerdo y tiró del cable que apagó toda conexión.

Cerró la puerta despacio. Dejó que  la niebla le calara hasta los huesos y comenzó a caminar hacia el horizonte que no vislumbraba, sin rumbo aparente, sin destino...

8 comentarios:

Demian dijo...

Despues de un despues. De un adios. Caminar aunque no se vislumbre el camino es no detenerse en el vacio... Hermoso tu relato. Un abrazo

Azul... dijo...

"Después de un después", hay que caminar, un pie delante del otro, en busca del sol. La niebla -gracias a los dioses- no dura para siempre.
Gracias, Demian, por leerme, por tus cálidas palabras. Yo también te abrazo

Azul... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rud dijo...

Apreciada Azules
Algunas veces he venido a leerte en silencio. Pasaste un par de años alejada, pensé que algo muy importante estarías haciendo y esperé; tu enlace sigue intacto al lado derecho de mi blog :)
Nuestra mayor, ceteza, Azulita, es la desaparición para siempre. Tener la certeza de un engaño, de una traición, de una mentira es extremadamente doloroso. Me ha dejado un poco triste tu relato.
Cordiales saludos, un enorme abrazo

Paola dijo...

Azul! Qué alegría volver a leerte! Regresaba cada vez a ver si aparecías de nuevo y justo ahora llegas de nuevo con un relato que me toca el alma, que la vida me pone de frente. No cabe duda de que Dios siempre está hablándonos por todos los medios.

Gracias y qué bueno que estás de vuelta!

Azul... dijo...

Mi queridisima Rud, es cierto, me he perdido demasiado tiempo. Luchas y avatares, respirar y seguir. No estés triste por mi relato, son vivencias y un poco de ficción, ejercicios de vida que hago en la búsqueda de mi misma, letras que derramo para recordarme que, cuando cierras una puerta tras de ti, el mundo se vuelve ancho y maravilloso. Gracias siempre por la paciencia, por el cariño, por esperarme.
Te abrazo grande, grande

Azul... dijo...

Sunshine hermosa, siempre brillando, siempre hermosa y guerrera. Eres maravillosa, que nadie te diga lo contrario nunca.
Pasar página te hace darte cuenta de que te estabas perdiendo otros capítulos hermosos de esto que llamamos Vivir.
Qué lindo que sigas por este patio en el que hemos sido pioneras (mejor no contamos años sino Vida ;)
Un abrazo luminoso, como tú ��

Azul... dijo...

Sunshine hermosa, siempre brillando, siempre hermosa y guerrera. Eres maravillosa, que nadie te diga lo contrario nunca.
Pasar página te hace darte cuenta de que te estabas perdiendo otros capítulos hermosos de esto que llamamos Vivir.
Qué lindo que sigas por este patio en el que hemos sido pioneras (mejor no contamos años sino Vida ;)
Un abrazo luminoso, como tú ��