martes, junio 28, 2005

La Patria en el corazón...



Cuando estamos lejos de los paisajes que nos son tan queridos, los recuerdos se atesoran con más cuidado, con más detalle, con más esmero; entonces, cada color, sonido, textura, aroma, surge nítido desde un lugar que no sabíamos que existía en nuestro interior…

Mi país en los labios de un inmigrante, enamorado de ella, suena indescriptible, y yo recuerdo a mi padre, español de nacimiento, contar las maravillas de Venezuela, su patria elegida desde el corazón: “Yo soy más venezolano que tú -me decía-, porque yo elegí esta tierra, tú naciste aquí, como pudiste haber nacido en Canadá, en Costa Rica o en cualquier otro lugar”.

Venezuela tiene la formación geológica más antigua del planeta y uno de los pulmones más importantes de la Tierra hacia el sur. Tiene nieves, porque en ella nace la Cordillera de los Andes. Desiertos al norte, en los Médanos de Coro. Playas vírgenes en la costa de tierra firme y en muchísimos archipiélagos de su mar territorial, a los que solo puede accederse por mar o en pequeñas avionetas que aterrizan sobre improvisadas pistas de arenas blanquísimas, yo he tenido la dicha de llegar en una avioneta minúscula a una islita indescriptible, en el caribe venezolano: La Tortuga...
Lástima que solo seamos reconocidos por nuestras muchísimas Miss Universo y por el petróleo (no, ese en quien piensan, no cabe aquí... :)

Por ese amor que le tengo a mi país, he decidido que, de vez en cuando, traeré a estas páginas algunos de sus rincones mágicos. Estoy segura de que se enamorarán de Venezuela con cada uno de ellos…

4 comentarios:

Anónimo dijo...

yo ya me enamoré con la intro que has hecho =)

William Calavera dijo...

que te puedo decir, desde que te conozco, y al platicar con tigo, me he dado cuenta de lo tracendental que significa el Azul*** de Venezuela

Anónimo dijo...

Es un hipertexto excelente de Armando Tejada Gómez y como tal le caben perfectamente los colores de su Bandera...Señora

un beso

Max


Quédate en el cielo, amor,
no bajes.
Aquí abajo, los grises
son tan grises
que, de algún modo gris,
van a ultrajarte.


Y sos tan linda allá,
tan nomeolvides,
simple ademán de madre
por el aire-
que si caes, amor,
con la ternura
con que caen las hojas
de los árboles;
si llegas a caer,
acaso nunca
vuelvas a ser tan cielo
ni tan madre.

Déjanos a nosotros,
los humildes,
los que nunca te usamos
ni abusamos de tu inmenso
silencio planetario,
que cuidemos la altura
donde habitas,
celestemente hermosa,
como el aire.

Déjanos a nosotros.
De los otros,
es piadoso no hablarte.

Buenos Aires, 1977

Armando Tejada Gómez

Azul... dijo...

Max: porfavorporfavorporfavor, qué hipertextazo!!!!!!!!! Gracias!!!!!

Don Serapio: un honor verlo por estos parajes: ¡Gracias! Como siempre, es Ud. un sol gigantísimo =o)

Y al visitante anónimo que dejó su mensajito: No es pasión por mi país, pero de veras que Venezuela es una maravilla, seguro que cada rincón te va a enamorar más, ya iré colgando cositas y me contarás, si vuelves (espero que sí :)

¡Besitos a los tres!