lunes, enero 30, 2012

Final necesario...


Si regresaba al origen de la historia. podía ocurrir que un nuevo capítulo en blanco se abriera de pronto y trepara, como la hiedra fresca sobre el tronco seco, invadiendo con sus extremidades leñosas todo aquel árbol ya casi maduro. "Las historias", se dijo, "como los desengaños, requieren un planteamiento, un nudo y un desenlace, una lógica capaz de explicar los motivos y las consecuencias, sin rencores dañinos, ni esperanzas vanas, pero, sobre todo, necesitan un final".


Mamen Sánchez
"Agua del limonero"

lunes, enero 23, 2012

Ser humano...

Conocí a la pintora Miie Tamaki durante un seminario sobre Energía Femenina. Le pregunté cual era su religión.

- Ya no tengo religión – respondió.
Notando mi sorpresa, me explicó:

- Fui educada para ser budista. Los monjes me enseñaron que el camino espiritual es una constante renuncia: tenemos que superar nuestra envidia, nuestro odio, nuestras angustias de fe, nuestros deseos.



Conseguí librarme de todo esto hasta que un día mi corazón quedó vacío: los pecados habían desaparecido, y mi naturaleza humana también.

Al principio me puse contenta, pero pronto comencé a darme cuenta de que ya no compartía las alegrías y pasiones de las personas de mi entorno. Fue entonces que abandoné la religión: hoy tengo mis conflictos, mis momentos de rabia y desesperación, pero sé que estoy otra vez cerca de los hombres – y, por eso, cerca de Dios.
Kagawichiko




lunes, enero 16, 2012

Inteligencia Emocional...

Uno de los cursos a los que asití estando en Petróleos de Venezuela y que más he valorado a lo largo del tiempo, fue el curso de Inteligencia Emocional al que asistí en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (I.E.S.A.), uno de los centros de estudios superiores más prestigiosos de Venezuela.

Hace un tiempo recibí por correo un texto fabuloso sobre la importancia de vivir el presente y de dejar atrás las cosas que ya no están en nuestras manos. Si algo aprendí al tener que marcharme de forma intespestiva de mi país fue a aceptar que "lo que hay es lo que hay", que de nada sirve quedarse paralizado, esperando que las cosas que se descolocaron, sea por las razones que fueren, vuelvan a su lugar. Vivir aferrado a la temporalidad, negándose a echar raíces, nos paraliza y tampoco es sano vivir tocándonos las cicatrices permanentemente... Hay que seguir, no dejar de caminar, porque ésa es la única forma de seguir este viaje llamado Vida...

Espero que lo disfruten y les sirva tanto como me ha servido a mi...


















Aquel que se preocupa por cosas que ya pasaron y acerca de las cuales nada puede hacer, mentalmente se encuenta ligado a un pasado que lo lastima; los recuerdos desgastan la energía que tenemos disponible para vivir el presente.

Por otra parte, las angustias ocasionadas por hechos que todavía no acontecieron, que se encuentran en un futuro, ya sea próximo o lejano, son también zonas de la mente que desgastan energéticamente.

La persona que piensa en el pasado o en el futuro se inmoviliza en el presente, se queda estática, imposibilitada de actuar adecuadamente, mientras su mente viaja a regiones inútiles de su existencia.

Programar el futuro, planear estrategias para alcanzar una meta racionalmente lógica, y emocionalmente aceptable hacia la cual dirigirse, es muy diferente a construir castillos de naipes para un futuro ilusiorio.

Si uno no trabaja en su presente para hacer realidad esos deseos, la energía que ha gastado construyéndolos es energía perdida.

Del mismo modo, revisar y valorar las experiencias pasadas, para extraer de ellas las lecciones que podamos emplear en el presente, es válido y deseable. Pero es muy diferente a estar "rumiando" experiencias dolorosas, ya que éstas alimentan una idea negativa acerca de uno mismo.

Extraído del libro "Programa de autoayuda para desarrollar la inteligencia emocional", de Angela Hernández Cid