lunes, abril 18, 2011

El Arbol de los Deseos...

Una vez un hombre indio estaba viajando y entró al Paraíso por error. En el concepto indio del paraíso hay árboles que conceden deseos. Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple, no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.


El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos. Cuando despertó, tenía hambre y dijo: "¡Tengo tanta hambre! Ojalá pudiera tener algo de comida". Inmediatamente apareció la comida de la nada, simplemente flotando en el aire... Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías. Inmediatamente empezó a comer ¡la comida estaba tan deliciosa!

Una vez que su hambre estuvo saciada, miró a su alrededor. Ahora que se sentía satisfecho otro pensamiento surgió en él: "¡Si tan solo pudiera beber algo!". De inmediato apareció un vino estupendo...


Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa, sentado bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: "¿Qué está pasando? ¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?".  Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "¡Seguro que me matan!"

Y lo mataron...









2 comentarios:

Tawaki dijo...

Tal y como yo lo veo, el miedo mata siempre la felicidad.

Besos.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me encantó. Pocas veces se expresó mejor el callejón funesto al que nos lleva la negatividad.

Abrazos.