jueves, enero 28, 2010

¿Cómo será vivir en un país...?

Pregunta de una chica, a quien quiero mucho. Ella es estudiante de medicina, bloguera, venezolana e inteligentísima... No la identifico expresamente, porque ella no sabe que estoy escribiendo este post. Su pregunta me dolió tantísimo, sobre todo porque se que Venezuela está muy lejos de poderle decir a ella y a todos los niños y jóvenes venezolanos: "Mira, tu deseo y tu derecho se han hecho realidad..."


No digo más, solo espero que quienes viven en la seguridad de países en los que las cosas funcionan muchísimo mejor de lo que sus habitantes se creen, cuando vayan a quejarse por tonterías, recuerden a esta chiquita y a todos los millones que, como ella, no conocen un país seguro y libre...






D. se pregunta: "¿cómo será vivir en un país seguro, donde cada estudiante pueda ir a clases sin preocuparse por manifestaciones o disturbios? ¿Cómo será vivir en un país donde la gente, al salir, no se preocupa por robos, violaciones o secuestros?"




lunes, enero 25, 2010

Esto es lo que aprendí...


"El arbol de la Vida",  de Gustav Klimt


Escrito por Regina Brett, 90 años, en de The Plain Dealer, Cleveland, Ohio


Para celebrar la llegada a mi edad avanzada escribí unas lecciones que me ha enseñado la vida:

  • La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguien.
  • Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto..
  • No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
  • Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.
  • Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.


  • Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.
  • No compares tu vida con la de otros. No tienes ni idea de cómo es su travesía.
  • Si una relación tiene que ser secreta, mejor no tenerla.
  • Respira profundamente. Eso calma la mente.
  • Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o alegre.
  • Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte.


  • Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda sólo depende de ti.
  • Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un "no" por respuesta.
  • Enciende las velas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es especial.  
  • Sé excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para serlo.
  • El órgano sexual más importante es el cerebro.


  • Nadie es renponsable de tu felicidad, sólo tú.
  • Enmarca todo supuesto "desastre" con estas palabras: "En cinco años, ¿esto importará?"
  • Perdónales todo a todos.
  • Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe.
  • El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.
  • Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.


  • No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
  • No cuestiones la vida. Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy
  • Llegar a viejo es mejor que la alternativa... morir joven.
  • Todo lo que verdaderamente importa al final, es que hayas amado.
  • Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
  • Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros.


  • La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.
  • Lo mejor está aún por llegar.
  • No importa cómo te sientas... arréglate y preséntate.
  • Cede.
  • La vida no está envuelta con un lazo, pero sigue siendo un regalo.
  • Los amigos son la familia que nosostros mismos escogemos.




Me llegó por correo electrónico a través de Imagine ¡y me encantó! :)

lunes, enero 18, 2010

Riquezas idiomáticas...

Por ahí siempre hemos dicho que la única palabra del español que contiene las cinco vocales es la palabra murciélago, y en una entrevista que le hicieron a Lucía Etxevarría, ganadora del Premio Planeta 2004 por su libro "Un milagro en equilibrio", hizo tal afirmación... Yo confieso que también creía que era así, aunque no me había parado a pensarlo con mayor profundidad, vamos, que he podido vivir sin saberlo, pero está claro que jamás nos vamos a dormir sin haber aprendido algo...

Resulta que un televidente del programa donde entrevistaban a la Etxebarría, José Fernando Blanco Sánchez, a propósito de tal afirmación de la escritora, envió al diario ABC la siguiente carta dirigida al director del diario:




Acabo de ver en la televisión estatal a Lucía Echevarría diciendo que, "Murciélago" es la única palabra en nuestro idioma que tiene las cinco vocales.


Mi estimada señora, piense un poco y controle su "Euforía". Dos "Arquitectos" "Escuálidos", llamados "Aurelio" y "Eulalio", dicen que lo más "Auténtico" es tener un "Abuelito" que lleve un traje "Reticulado" y siga el "Arquetipo" de aquel viejo "Reumático" y "Repudiado" que "Consiguiera" en su tiempo ser "Esquilado" por un "Comunicante", que cometió "Adulterio" con una "Encubridora" cerca del "Estanquillo", sin usar "Estimulador".


Señora escritora, si el "Peliagudo" "Enunciado" de la "Ecuación" la deja "Irresoluta", olvide su "Menstruación" y piense de modo "Jerárquico". No se atragante con esta "Perturbación", que no va con su "Milonguera" y "Meticulosa" "Educación".


Y repita conmigo, como diría Cantinflas:
¡Lo que es la falta de ignorancia!





¿¿¿A que todas o casi todas no se te habían pasado por la cabeza, como no se me habían pasado a mi???

(o=


lunes, enero 11, 2010

Un sobrecito de azúcar para ti...

Este texto lo recibí de una lista a la que estoy suscrita hace muchos años, me pareció lindísima la simbología que utiliza para transmitir un mensaje potente y hermoso que me conmovió mucho, quizás porque recién me parece que estoy saliendo (espero) de una etapa interior oscura, muy solitaria y muy dolorosa para mi, que me está costando superar (burra que es una) y el mensajito, en su simpleza, me transmitió mucha luz.


Aunque quizás ninguno de los que me leen a diario haya notado siquiera lo que atravieso, para mi ha significado y significa mucho que estén, que se den el rato de leer lo que subo y de comentar con el cariño con que lo hacen, porque sin saberlo me acompañan y me impulsan a caminar... Por eso traigo este texto hoy, porque quiero regalarles a cada uno un sobrecito de azúcar con todo mi Amor... por supuesto, el sobrecito éstá lleno de azúcar venezolana (ver sobrecito en foto :)


En estos momentos empiezo una etapa nueva de mi vida, ilusionada y asustada con lo desconocido, pero decidida a salir de una vez por todas adelante, por mi, por los míos, porque nos lo merecemos...

Todo mi cariño en este sobrecito de azúcar para ti :)









Azúcar para la suerte...





Tomá. Este sobrecito de azúcar es para la suerte. No, no lo uses, no lo eches en el té, guardalo. Ponelo en un bolsillo de tu cartera o en un cajón de la cómoda.
¿Vos no creés en estas cosas?

Si, seguro que creés.
Todos creen, aunque digan que no. Todos hicimos alguna vez un pilato, cruzamos los dedos mientras jurábamos mintiendo.

Pero fundamentalmente, vos estás segur@ de que yo te comprendo, de que yo te quiero, de que somos amig@s, por más que me conozcas por fotos y yo no pueda dibujar tu rostro exactamente en mi memoria, así, con esa mirada y esa sonrisa y ese color de piel.

En realidad lo que conozco bien es tu manera de sentir: los motivos de tu insomnio, de tus lágrimas, de tus alegrías. Me parece que podria dibujar, eso sí exactamente, tus sueños.

Y este sobrecito de azúcar que tocas aquí, en el renglón número "tanto" de esta página (cuidado, que no se rompa, va a ser como un panadero soplado en la siesta de verano, puro copito de algodón desparramado el azúcar si se cae), lo robé de la mesa de un bar para dártelo a vos.

A vos que sos de sagitario como yo, o de acuario como mi hija, o...¿de qué signo sos?

Este sobrecito de azúcar hará que todos los planetas estén bien aspectados para vos.
Que tengas tantas ganas de vivir,

que nada te las pueda anestesiar.
Hará que entiendas que la libertad
no es algo que nos llega de afuera,
una imposición, una dádiva, un regalo, una gracia,
sino que es algo que tenemos adentro,
que nos pone alas en la mente y en el corazón,
para que nuestras ideas y nuestros sentimientos
puedan volar aunque nos tengan encadenadas
a una silla, amordazadas, quietas, entre rejas,
amenazadas.

Lo que sale a volar es el alma...

la que viaja es el alma,
por lluvias que enhebran las cuentas del arco iris ...
de siete mil colores.

Y a esa alma no la hieren las mentiras, porque no le llegan.

Y no la perturban las sombras, porque ella es como
una invencible mariposa de luz.

Cada granito de azúcar de este sobre es una armadura para que te defienda. Cada granito de azúcar es una hora de un recuerdo que no querés que se pierda: es un poquito de infancia en la casa de la abuela....

Y es un ratito de la noche en que nuestra prima mayor se quedaba a dormir en casa y escuchábamos embobadas sus historias de amores y de bailes girando interminablemente...

Y es mamá adornando con rositas de organza la torta de nuestro cumpleaños, cuando se cumplían los tres deseos que pedíamos al soplar las velitas...

Y es la abuela paciente enseñándonos a tejer en punto santa clara, una bufanda que nos llegaba hasta los pies.

Y es la maestra de quinto grado, tan linda, tan alta, tan elegante y tierna, poniéndonos en el cuaderno un "muy bien, diez" que despertaba el orgullo de papá.

Y es el rouge rosa claro con el que pensábamos que parecíamos más mujeres.

Y la gota de esmalte que cortaba la corrida de la media de nailon.

Y el chico que no quería dejarnos ver la película en el cine del barrio, enamorado y ávido.


Un puñadito para todos: el sello del primer voto en la libreta cívica, una manifestación disuelta con gases lacrimógenos que casi nos asfixian, los paraísos talados en toda la cuadra de casa, la sortija de casamiento, el bebé chiquitito que nos convirtió en diosas, el miedo de morirnos antes de que fuera grande y pudiera valerse por sí mismo.

Las cartas de los amigos que se fueron a vivir a otros países, los discos de Sui Generis... Y cómo las cosas que amábamos se iban disociando: los Beatles, el café semanal de las cuatro mosqueteras... Qué sé yo.

Transformá cada granito de azúcar en lo que quieras.

En un recuerdo, en una persona, en una esperanza, en un regreso.

¿Por qué no en un regreso? Si al final las historias son un poco círculos concéntricos que se van repitiendo, unidas en un punto que quién sabe cuál es.


Pero acordate que el sobrecito te lo di yo.
Que te tuve en cuenta.
Que sé que estás ahí.
Que cuando escribo siempre estoy buscando algo para dejar entre tus manos.
Y vos sabés donde podés encontrarme.
Triste o contenta, enamorada o rota, pero cercana y tibia, y toda, toda, de verdad, en estas palabras.

Este sobrecito de azúcar guárdalo bien.
Te va a dar suerte, estoy segura.

A mi una vez me regalaron uno y me dijeron lo mismo....
Y fue verdad.

Poldy Bird






Recibido de la lista ViTaMiNaS PaRa eL AlmA®




lunes, enero 04, 2010

El anillo del Rey...


Yo suelo volver sobre mis pasos, a veces me sorprendo a mi misma, otras me quedo asustada, porque noto los ciclos, cómo regresan etapas. Veo aquello en lo que he crecido y las cosas que me hacen retroceder. Aquello en lo que brillo y en las situaciones en que me puedo opacar hasta casi desaparecer en transparencias, lo que suele suceder cuando tengo el alma en carne viva.

Lo que no varía en el tiempo es esta terquedad por seguir, aún cuando las fuerzas no me acompañen. Cuando eso pasa, cuando las pilas se me descargan y me pesa hasta el aire, me pongo en automático, un pie delante del otro, repitiendo como un mantra "esto también pasará"... hasta que pasa... Igual me pasa cuando la felicidad me inunda la Vida. En ese caso, abro todos los sentidos y me empapo de esas energías fabulosas, que son las que me sostienen cuando llega la época del temporal...

De eso va este post de hoy... de las cosas que pasan...


 







El anillo del Rey...

 

Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de su corte:
Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.


Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total... Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.


El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje.


El anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey.


Pero no lo leas, le dijo,
mantenlo escondido en el anillo.

-
Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado,
cuando no encuentres salida a la situación.


Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió su reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle, caer por él sería el fin, y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...


De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso, simplemente decía:


 "Esto también pasará...".


Mientras leía el mensaje sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos. El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas.


Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo.


El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:


- Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.


-
¿Qué quieres decir? preguntó el rey. Ahora estoy victorioso, la gente
celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una

situación sin salida.


- Escucha, dijo el anciano,
este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas,
también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado;
también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último;
también es para cuando eres el primero.


El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: "Esto también pasará...", y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.


Entonces el anciano le dijo:

Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes.
Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza.
Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la
naturaleza misma de las cosas.
Grábatelo bien en tu cabeza y en tu corazón.

Desconozco su Autor/a