El retorno de los Nómades
Lía Schenck
Reconocimiento y acercamiento a los nómades (Cont.)
Todos los nómades son también emergentes de una compleja
red de vínculos y andan por la vida con sus redes
de caricias y de sustos.
Sus redes de arrullos y de historias. De perdones
y de olvidos.
A veces se suben a los trapecios de la especie
y andan haciendo pruebas y malabarismos en las
alturas porque saben que si caen, abajo están
las redes.
A veces van con ellas al mar y traen peces de
alimentos. Cocinan los peces y los comen y si por
casualidad se tragan una espina, rápidamente
comen miga de pan.
A veces las usan como lechos o vestimentas.
A veces las usan como escenarios y se suben
a ellas y recitan poemas o bailan la música que
anda suelta en el aire.
hacen muchas otras cosas con sus redes pero
nunca las usan para cazar mariposas.
A cualquier hora de la vida los nómades se adaptan
activamente a la realidad.
Toman agua corriente cuando tienen sed
y se ponen agua oxigenada en las heridas.
Le ponen sal a las comidas, cruzan la calle mirando
los semáforos y saludan a las señoras
y a los señores de las ventanillas.
Cuando terminan los horarios de las adaptaciones
activas, ponen de espalda los relojes y bailan
valses con las agujas de las horas y bailan
rock con los minuteros y le dicen secretos
a los segunderos.
A veces se van para sus casas y hacen el amor
en los umbrales, mientras la leche hervida
se derrama sin ninguna tristeza.
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