El retorno de los Nómades
Lía Schenck
Aclaraciones con esperanzas (Cont.)
Para aprender a aprender no siempre es imprescindible sentarse
en una silla y mirar el pizarrón.
A veces los pizarrones están fijos a las paredes de una idea y
muchas sillas aparentemente giratorias suelen estar fijas a
un asiento sedentario.
Prefieren intuir las verdades y salen corriendo a perseguirlas
como si fueran luciérnagas con luz propia que permanentemente
cambian de lugar.
Cuando una verdad llega a sus manos le registran las señales y
la dejan libre. Jamás se les ocurrirá encerrarlas en una cajita de
encerrar verdades.
Aprenden no sólo con la mente sino con los latidos.
Los latidos tienen siempre anuncios, intuiciones o
premoniciones de los caminos a seguir
para descubrir de qué se trata el interior de una idea
o los antes y después de un concepto.
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5 comentarios:
No todo es lo que parece y el verdadero sentido a las cosas se lo da nuestro estado de ánimo, nuestra actitud.
Abrazos
Encerrar verdades, con las pocas que nos quedan, es un crimen.
Besos.
Muchas veces en medio de intentar buscar la lógica y la coherencia, olvidamos la forma de aprendizaje más natural y valiosa... Gracias por compartirlo !!
Preciosas líneas... preciosas reflexiones. Aprendemos de todo, de los niños, de los silencios, de las miradas... de las intuicines...
A veces, hay que desaprender para evolucionar.
Un beso
Carmi
Aprender a aprender como saber lo que se sabe: mente, latidos, intuición.
Verdades que me ha gustado leer gracias a ti.
ME ALEGRO DE ENCONTRARTE.
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