El retorno de los Nómades
Lía Schenck
Aclaraciones con esperanzas (Cont.)
Para aprender a aprender no siempre es imprescindible sentarse
en una silla y mirar el pizarrón.
A veces los pizarrones están fijos a las paredes de una idea y
muchas sillas aparentemente giratorias suelen estar fijas a
un asiento sedentario.
Prefieren intuir las verdades y salen corriendo a perseguirlas
como si fueran luciérnagas con luz propia que permanentemente
cambian de lugar.
Cuando una verdad llega a sus manos le registran las señales y
la dejan libre. Jamás se les ocurrirá encerrarlas en una cajita de
encerrar verdades.
Aprenden no sólo con la mente sino con los latidos.
Los latidos tienen siempre anuncios, intuiciones o
premoniciones de los caminos a seguir
para descubrir de qué se trata el interior de una idea
o los antes y después de un concepto.
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