jueves, octubre 27, 2005

Tú...



Un solo hombre ha nacido, un solo hombre ha muerto en la tierra.

Afirmar lo contrario es mera estadística, es una adición imposible.

No menos imposible que sumar el olor de la lluvia y el sueño que antenoche soñaste.

Ese hombre es Ulises, Abel, Caín, el primer hombre que ordenó las constelaciones, el hombre que erigió la primer pirámide, el hombre que escribió los hexagramas del Libro de los Cambios, el forjador que grabó runas en la espada de Hengist, el arquero Einar Tambarskelver, Luis de León, el librero que engendró a Samuel Jonson, el jardinero de Voltaire, Darwin en la proa del Beagle, un judío en la cámara letal, con el tiempo, tú y yo.

Un solo hombre ha muerto el Ilión, en el Metauro, en Hastings, en Austerlitz, en Trafalgar, en Gettysburg.

Un solo hombre ha muerto en los hospitales, en barcos, en la ardua soledad, en la alcoba del hábito y del amor.

Un solo hombre ha mirado la vasta aurora.

Un solo hombre ha sentido en el paladar la frescura del agua, el sabor de las frutas y de la carne.

Hablo del único, del uno, del que siempre está solo.

Jorge Luis Borges
Norman, Oklahoma
“El oro de los tigres”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿te acuerdas de "Los cipreses creen en Dios"? Algo así como: "ningún hombre es una isla, completo en sí mismo... cuando un hombre muere, se pierde una porción de tierra... por eso, cuando doblen las campanas, no preguntes por quién... doblan por ti"

Es hermoso, Maricarmen, hermoso...

Azul... dijo...

¡Como no voy a recordarlo! ¡Casi me lo sé de memoria, desde que era una niñita! Es un texto de John Donne:

"Ningún hombre es una isla en si mismo; cada hombre es parte de tierra firme; si un trozo de tierra es arrastrado por la marea el continente disminuye. La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad, por lo tanto, no preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti".

Uffff cuánto me ha removido este recuerdo... cuánta verdad y relación con el poema de Borges...