Vaya por delante que es una historia de amor y como dicen en las películas basada en un hecho real. El, separado y cercano a los cuarenta, se enamoró de ella desde el primer momento, porque sabido es que en estas cosas del querer no existen reglas ni razonamientos lógicos. No llegó jamás a cruzar palabra con ella, hembra de una belleza sobrenatural, mujer casada y de elevada posición social. Tan sólo hubo miradas cómplices, en los distintos actos públicos donde coincidían. Le faltó valor para acercarse. Pero como el amor no tiene fronteras, urdió una estrategia sin par. Averiguó donde vivía y la buscó en la guía de teléfonos. Se armó de valor y con un guión perfectamente meditado y escrito se lanzó a la aventura.
Las primeras veces ella le colgó el aparato pensando en que era un loco más. Pero el insistió. Hasta que en horas bajas, fruto de un matrimonio mal avenido, consiguió hablar con su amada. Leyó en el reverso de su corazón y descubrió que tras aquella mujer elegante y fría, habitaba un ser tierno y sencillo, inteligente y lleno de afecto hacia los demás. La amó por encima de todas las cosas, incluso de sí mismo. La imaginó un millón de veces entre sus brazos. La poseyó una y otra vez, más allá de la frontera que marcan los cuerpos. A través del hilo telefónico vivieron un amor grande y apasionado. El continuaba en el anonimato, sin ser visto, por miedo a ser rechazado. Así continuaron durante un tiempo, pero un día quisieron saber que había más allá del eco de sus voces y desearon tocar el pulcro roce de la piel. Se citaron una tarde de otoño en la casa de él, lejos de ojos conocidos e inquisitoriales. Contó las horas, minutos y segundos, hasta que el timbre de la puerta le estalló en el corazón. Abrió y se encontró con ella. Hola soy yo, Ana. El, sintió morirse, aquella mujer que tenía ante su vista nada tenía que ver con el ser que había imaginado una y otra vez. Un error en el listín telefónico, había cambiado el domicilio seis por el ocho. El destino le abría una interrogante, porque esta vez cuerpo y alma venían por separado.
Artículo de Manuel Mestre Guión
(Realizador de TV)
Diario Córdoba
15/11/2004
4 comentarios:
Maravillosa historia, supongo que lo mejor empezaría a partir del fin del artículo.
Un beso.
Me ha encantado. ¿Y ahora qué?
Un beso grande, guapa.
Feliz día de la mujer!
Hola Azul! Feliz dia de la Mujer! Bonito relato, nos puedes dar un final feliz en esta historia...Besos
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