El retorno de los Nómades
Lía Schenck
Reconocimiento y acercamiento a los nómades (Cont.)
En cualquier parte del planeta los nómades tienen
muchas tareas en común.
Una de sus tareas es hacer que
las esferas de los relojes
permanezcan perpendiculares a los astros
y hacer que los astros permanezcan horizontales
a los sueños y hacer que los sueños permanezcan
verticales al corazón.
En todas las estaciones de la vida, los nómades creen
que la razón y el corazón tienen
las mismas pasiones y las mismas razones.
Creen que todo lo que palpita tiene razones de
latido y que todas las razones conocidas laten en
las memorias de la sangre y en las
memorias de los pétalos.
Andan solos o en grupos pero andan.
Ningún territorio del universo está vedado
ni a sus pies ni a sus alas ni a sus sueños.
Sus esperanzas pueden ser verdes, azules
o amarillas.
Pueden cambiar de color en un mismo día pero
ellos no dejan que ninguna razón las vuelva negras
o incoloras. Si por alguna razón fuera de órbita
esto ocurriese,
se alimentan con ellas y se las comen
con semillas y con cáscaras.
Por muchísimas razones, los nómades
aman las razones de la vida.
Entienden que las armonías de la vida
se alteran con las talas indiscriminadas
de los bosques.
Se alteran con las contaminaciones
y con los descuidos.
Se alteran también cuando las talas
y las contaminaciones y los descuidos
tienen como territorio el corazón
de los seres humanos.
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