lunes, agosto 27, 2012

No es el fin del mundo...


Soy lenta para decidirme, sobre todo si las decisiones tienen que ver con el corazón, con personas a las que quiero, estiro las situaciones, las miro desde todos sus ángulos, digo lo que siento y pido disculpas si me equivoqué. Hago todo lo que tengo que hacer para salvar algo cuando realmente me importa...

Pero a veces ni todo el amor, ni todas las ganas, ni todas las fuerzas de tus deseos son suficientes para salvar algunas situaciones, algunas relaciones... Y entonces, aunque me cueste respirar, aunque me haga pedacitos para esconderme del mundo en lugares insospechados para llorar a solas mi dolor, abro las manos para soltar y no hay vuelta atrás...

Tan grandota que soy y todavía no puedo entender que las personas dejen perder algo hermoso por orgullo, por aferrarse a unas palabras sacadas de contexto, sin pararse a sopesar todo lo bueno que hubo, todo lo que importó, todo lo compartido, la magia irrepetible que existió... Me viene a la mente un dicho que siempre repite mi mamá: "Hiciste todas, no hiciste una, no hiciste ninguna". Y, por lo general, esa misma gente que no perdona, es incapaz de ver su responsabilidad en los hechos... Irónico ¿verdad? Yo lo llamo ceguera selectiva... O incapacidad para cantarse las verdades y preferir vivir en un mundo de mentiras, aunque eso implique que se les vaya secando el alma...

Retomando la idea, si algo se vuelve insalvable lo mejor es dejar ir, repetirse a cada paso el mantra de El Anillo del Rey y seguir adelante, porque "esto también pasará"... Lo sabemos todos los que hemos sobrevivido y tenemos muchas grietas en el corazón...

Esto también pasará...

Es una promesa :)

sábado, agosto 18, 2012

La fe y las montañas...






Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía. 

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe. 


FIN

Augusto Monterroso
Minicuento